La digitalización imparable obliga a los bancos a adecuar sus estructuras a una aproximación multicanal con el cliente. El cliente manda. Y los bancos deben proceder de forma eficiente para satisfacer sus necesidades.
Uno de los objetivos en estos momentos para las entidades de crédito es por tanto encontrar el equilibrio entre las sucursales físicas y esta nueva aproximación digital que demandan los clientes. Partiendo de su principal activo: los empleados. Son los empleados los que mantienen la relación con el cliente, ahora y la mantendrán en el futuro. Y son los que mejor conocen a su cliente. Relación y conocimiento son las dos variables fundamentales para los bancos a la hora de ofrecer el mejor servicio a los clientes.
Partiendo de la conclusión anterior, no debería sorprender que según la última encuesta publicada por el Observatorio Inverco más del 70 % de los inversores reconozcan que prefieren contratar un fondo de inversión a través de las sucursales de los bancos. Apenas un 13 % a través de la WEB.
Un inversor particular que prima, de acuerdo con la encuesta, la rentabilidad y la gestión profesional. Importante cualidad esta última, en un contexto de inversión dominado por tantas incertidumbres y bajo unas condiciones financieras anormalmente laxas. Esto último, la excepcionalidad, lleva a que los inversores perciban el riesgo de una normalización demasiado rápida e intensa de la política monetaria. Y no solo de los inversores, incluyendo aquí a las propias autoridades monetarias.
Quizás sea precisamente la combinación de incertidumbre y el riesgo de excesos lo que lleva a los inversores a seguir considerando al depósito en los bancos como una opción interesante para su ahorro. Más del 48 % de los inversores, siempre según Inverco, así lo consideran. Valoran de esta forma el esfuerzo de las entidades de crédito por mantener retribuciones positivas para los depósitos, en un mundo donde las rentabilidades negativas acaparan más del 30 % de los activos de renta fija a medio y largo plazo en la zona Euro. Y cuando los propios bancos deben pagar un 0,4 % por sus depósitos en el Banco Central Europeo.
Mifid2 tienen un objetivo claro de transparencia. También volcado en la protección del inversor. ¿Son incompatibles estos dos objetivos de la Norma con el hecho de que los inversores valoren de forma muy positiva la comercialización actual de los fondos? La realidad de los números también muestra la seguridad y confianza con que los ahorradores valoran a su banco.
Los bancos españoles mantienen una red de sucursales muy por encima de la media europea en términos de población.
Claro que nuestros bancos también mantienen un ratio de población por empleado por encima de la media europea, un fiel reflejo de nuestra mayor eficiencia.
Y es precisamente la eficiencia, el mejor servicio a un precio adecuado, lo que deben seguir persiguiendo nuestros bancos. La digitalización sin duda supone un reto, pero también una oportunidad para lograrlo.