Semana muy intensa en los mercados europeos y en Wall Street, y algunas cuestiones que hay que tener muy en cuenta porque entramos de lleno en la fase decisiva.
El mes de noviembre ha sido muy desigual en las Bolsas europeas y en las norteamericanas. En el Viejo Continente cerramos el mes con caídas (Ibex -2,97%, Dax -1,55%, Cac -2,37%, FTSE -2,22%) y en Wall Street con subidas (Dow Jones +3%, Nasdaq +2%, S&P +2,6%).
Y es que los mercados de USA han mostrado su fortaleza con el Dow Jones a la cabeza marcando nuevos máximos históricos y llegar a los 24.000 puntos. ¿El motivo? La reforma fiscal de Trump. Este es un tema intenso del que podríamos hablar largo y tendido días y días, pero voy a tratar de resumirlo al máximo.
Resulta que la reforma fiscal tenía pendiente ser aprobada en el Senado, donde precisamente los republicanos no tenían demasiado poder en cuanto a número de votos, y necesitaban ayuda. Encima, había republicanos que no lo veíann claro y no querían tampoco votar a favor de la reforma. Pero el jueves se producía un movimiento clave, el senador republicano McCain, que siempre estuvo en contra y que había convencido a otros de que lo mejor para el país era votar en contra, cambió de opinión. Todo apuntaba a que el mismo jueves podríamos asistir a la ansiada votación, cosa que finalmente no sucedió.
Dos cuestiones a tener en cuenta:
Precisamente por no producirse finalmente el jueves la votación, los mercados reaccionaron mal como cabía de esperar, algo normal en estos casos y en el rabioso corto plazo. Pero si hacemos un ejercicio más objetivo, si miramos al horizonte sin que los tupidos árboles nos impidan ver el paisaje en su conjunto y esplendor, podremos llegar a la conclusión de que los inversores consideraban que el cambio de opinión de McCain era un aliciente para que la reforma fiscal pudiera contar con los apoyos necesarios para ser aprobada (concretamente los republicanos necesitarían 50 votos como mínimos de los 100 que hay).
El principal efecto que se produjo fue el ya comentado de que Wall Street marcó nuevos máximos históricos y el sector bancario obtuvo el buen beneplácito de los inversores, básicamente porque sería un sector que saldría favorecido con la reforma fiscal de Trump.
Es cierto que el viernes, Michael Flynn (quien fuera el asesor de seguridad de Trump), se declaró culpable y se entregó a las autoridades estando totalmente dispuesto a colaborar con la justicia y a declarar en contra del inquilino de la Casa Blanca en el tema de la interferencia rusa en los asuntos de Estado y también es cierto que el CBOE Volatility Index (VIC) reaccionó rápidamente a la noticia y subió un +4%, pero los inversores tratan los asuntos de manera diferente: este tema únicamente suele afectar a los mercados en el corto plazo, en el otro tema (reforma fiscal) los inversores tienden a darle un tratamiento diferente, son más condescendientes.
Pues bien, una vez les he puesto en antecedentes y al día de todo el tema, ahora llega la noticia: el Senado ha aprobado la reforma fiscal, con 51 votos a favor frente a 49 votos en contra (el único republicano que se opuso fue Bob Corker). Fíjense si es importante para Trump poder vender al pueblo norteamericano su gran éxito legislativo, que logra dos cosas:
1º Una de sus medidas estrella en campaña electoral, por fin la cumpliría.
2º Y de paso, “compensa” el fracaso que le supuso no poder derogar la famosa ley sanitaria de Obama (Obamacare), ya que logra modificar parcialmente dicha ley porque la reforma fiscal pone punto y final a una tarifa que pagaban algunos ciudadanos sin seguro médico.
De todas maneras, aunque parezca mentira, esto todavía no ha terminado. Ahora, toca negociar y consensuar el texto aprobado y la ley que resulte de dicha negociación deberá someterse de nuevo a votación en ambas cámaras. Es decir, el texto aprobado por el Senado no será el definitivo. La Cámara de Representantes aprobó su propio texto hace varias semanas y los líderes republicanos deberán reconciliar ambas reformas para obtener de ahí un texto único y definitivo.
¿Y qué mercados se pueden ver favorecidos por todo esto?
El euro se mantiene como divisa fuerte. Aunque Alemania, motor europeo, sigue sin un Gobierno, es una realidad que se están acercando posiciones entre Merkel y los socialdemócratas, una señal que los mercados interpretan como favorable e ilusionadora de poder ver pronto un Gobierno sólido, la reedición de la gran coalición. Este hecho es positivo sin duda alguna para la divisa comunitaria, además de las buenas referencias macro (PMIs manufactureros mejorando las previsiones, el índice IFO de confianza alemana en máximos históricos, buenos resultados empresariales de las compañías europeas).