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Analizando el tema de las limitaciones o prohibiciones de CFDs

por Ismael de la Cruz Hace 6 años
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Parece que se ha abierto la veda de caza contra los CFDs (contratos por diferencias). No es algo nuevo, se llevaba especulando con ello desde hace tiempo, pero sí resulta un poco chocante en algunas cuestiones.

Ya les digo que no he sido nunca un defensor ni un amante de los CFDs, pero creo que el enfoque del regulador no está centrándose en lo que tiene que centrarse. De todas maneras, es una opinión personal que a lo largo del presente artículo intentaré explicar.

Qué es un CFD

* Les aporto la definición realizada por Self Bank ya que me parece acertada y completa.

Es un instrumento de inversión que permite realizar operaciones sobre los movimientos de los precios sin poseer el activo subyacente.
inversión. Este producto permiten obtener beneficios tanto en mercados alcistas como bajistas o ser utilizados como cobertura para las inversiones en acciones.

Son productos Over The Counter (OTC) y contratos por diferencias, es decir, es un contrato entre dos partes que intercambian la diferencia entre el precio de entrada y el de salida, multiplicado por el número de acciones o índices que se acordaron. Por lo tanto, las pérdidas o ganancias derivan de la diferencia entre el precio al que fueron comprados y al que fueron vendidos.

El precio del CFD está vinculado al de su subyacente, el cual cotiza en un mercado organizado y del que conocemos su precio en todo momento. Los subyacentes de los CFDs en los que se puede invertir son: acciones, divisas, índices, materias primas, criptomonedas.

Tienen apalancamiento, lo que permite tener una posición sobre un activo sin desembolsar la totalidad del coste de este, simplemente el margen requerido para dicha operación. Esta misma característica dota a este instrumento de un elevado riesgo, dado que el inversor puede perder más del capital invertido.

Tenemos dos opciones:

Operar al alza: un inversor que tenga 1.000 euros en la cuenta podría si quiere comprar por hasta 10 veces más el efectivo, es decir, hasta 10.000 € en este ejemplo. La plusvalía o minusvalía será la diferencia entre el precio de compra y precio de venta (menos las comisiones y costes de financiación).
Operar a la baja: un inversor lo que hace es vender primero CFDs esperando que el precio del activo baje para recomprar posteriormente los CFDs más baratos, obteniendo así un beneficio. En caso de que el precio del activo suba, compraremos CFD más caro, incurriendo en pérdidas.

La realidad

Es cierto que los CFDs son uno de los productos de inversión favoritos entre los inversores (yo no me incluyo precisamente), básicamente por las siguientes cuestiones:

Se puede operar al alza o a la baja, en mercados alcistas y bajistas.
Se puede invertir desde cantidades de dinero simbólicamente reducidas.
Permite la opción del apalancamiento financiero.
Existen CFDS prácticamente en todos los sectores de activos.
Liquidación diaria.
No tienen vencimiento.
Pero desde hace tiempo existía una cruzada contra este producto de inversión. Por ejemplo, el supervisor británico FCA (Financial Conduct Authority) no ha escatimado esfuerzos en perseguir a los CFDS mediante una serie de límites muy concretos en cuanto a su comercialización entre inversores minoristas. Claro, es tal  la presión regulatoria que ya está produciendo severos efectos en las compañías dedicadas a ello (IG, CMC Markets, etc).

Pero también se ha sumado a la presión la ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) con la clara intención de prohibir la comercialización, distribución y venta de CFDS a los minoristas (lo mismo se hará con las opciones binarias).

Es cierto que, por ejemplo, en USA están “prohibidos” los CFDs y las opciones binarias, que los brokers Market Makers no están autorizados a operar allí, aunque un inversor se puede poner corto mediante el préstamo de acciones.

Pero en Europa ha entrado una vorágine de buena voluntad por proteger a los inversores. Bélgica dio un primer paso prohibiendo la comercialización de Forex, CDSs y Opciones Binarias en mercados OTC. Y luego fue el turno de Francia prohibiendo la publicidad de Forex y de Opciones Binarias.

Pero seamos claros, se supone que toda esta nueva regulación sobre los CFDs  responde al deseo de proteger al inversor minorista ya que las estadísticas oficiales arrojan el resultado de que más del 80% terminan perdiendo dinero. Pues bien, ahora yo plantearía la siguiente pregunta: ¿acaso no pierde dinero la mayoría de inversores que operan con Futuros? Ya les respondo yo. El porcentaje es el mismo o mayor incluso. Ojo, que no es una crítica a los Futuros, todo lo contrario, de hecho es el producto con muchísima diferencia que más me gusta a mí, pero es para que vean la comparativa, porque si el argumento es que la gente no sabe invertir e invierte y pierde dinero, la culpa no es de los CFDs, sino de la falta de conocimientos y experiencia del inversor.

Otra cosa sería si me dicen que quieren proteger a los inversores de la esencia y estructura que supone un CFD y el broker, eso ya es otra cosa y lo entendería, porque siempre he sido de la opinión que es peligroso que un broker de CFD sea juez y parte, que sea un mercado demasiado artificial, etc, etc.

Un dicho que muchos aluden es que nadie debería de poder especular con dinero que no se tiene (apalancamiento). Bueno, se podría responder que nadie debería de gastar dinero que no tiene en comprar una casa (ya que ese dinero es del banco, nos lo ha prestado y hay que devolverlo en tiempo y en forma junto con los intereses).

Miren, cada inversor es mayorcito y puede hacer lo que quiera con su dinero. Que se forme antes, que aprenda, pero que no se le diga lo que puede o no hacer con su dinero, esto es intervencionismo dentro de la esfera privada y patrimonial de las personas. Si seguimos esa tesis, habría que cerrar los casinos, los bingos, las miles de webs para jugar al póker online, incluso las casas de apuestas deportivas. Porque claro, en todo esto también puede cualquier persona perder hasta la camisa y arruinarse.

Por tanto, de lo que se trata es de que la gente aprenda bien a invertir, a operar en los mercados, a preservar su capital, a que conozca perfectamente qué tipo de riesgo tiene cada mercado y cada producto, y después de todo esto, que cada persona, mayor de edad, en plenas condiciones de sus facultades mentales, decida si quiere o no quiere. Porque si queremos podemos llevar esto a una senda más lógica aún, si de verdad es por el bien del inversor, entonces deberíamos de prohibir el tabaco porque mata (infartos, cáncer) y precisamente en este sector se ha hecho lo correcto, informar de los peligros y luego se permite que cada persona haga lo que quiera, que compre tabaco y lo fume.


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