Vamos a ver el escenario del yen frente al euro y el dólar, dos mercados en el que salvo sorpresas debiéramos seguir viendo al billete verde y a la divisa comunitaria más fuertes que el yen.
Al César lo que es del César, Abe lleva ya cinco años en el gobierno y la economía del país está más fuerte que antes, aunque bien es cierto también que todavía no ha podido cumplir su objetivo. Por un lado, la política monetaria consiguió evitar la temida deflación, ese túnel en el que el país llevaba sumido dos décadas, y la debilidad del yen ayudó a las exportaciones, además de que el PIB nominal aumenta. El PMI Manufacturero de diciembre confirmaba que la actividad industrial creció a su ritmo más elevado de los últimos 4 años a medida que los nuevos pedidos se incrementaban dando señales de que el crecimiento económico continuará a lo largo de 2018. Pero por otro lado, el consumo interno es normalito y la enorme deuda no deja de ser una preocupación seria.
Por tanto, la economía nipona se encuentra en su mayor crecimiento desde la década de 1990, pero las reformas estructurales se han desacelerado, el objetivo del 2% de inflación cuesta mucho más de lo previsto inicialmente y la deuda nacional se ha estabilizado en alrededor del 240% del PIB (la realidad es que las perspectivas de reducirla se alejan).
Un gran logro ha sido que se ha incrementado el número de personas que trabajan (ha aumentado en 2,7 millones), mientras que los desempleados se han reducido en 1,1 millones. Gran parte de este incremento se debió a que las mujeres volvieron a incorporarse a la fuerza de trabajo (el objetivo inicial de Abe de que las mujeres ocupen el 30% de los puestos de gestión en todos los campos para 2020 ha quedado en el camino y el porcentaje de mujeres en el parlamento ha disminuido al 10,1%).
Abe tiene a tiro poder seguir en el cargo hasta el año 2021, lo que lo convertiría en el primer ministro japonés con más años en la historia.
El euro frente al yen
La verdad es que la economía nipona ha logrado recuperar terreno como para que el BoJ comience a reducir su política de estímulos. Pero nada, de momento no quieren oir hablar del tema. El Banco de Japón se comprometió a mantener su programa de compras de activos y control de la curva de rendimiento en su reunión del pasado mes de julio después de verse obligado a rebajar sus expectativas y previsiones por sexta vez acerca de cuándo se alcanzaría el objetivo del 2% de inflación y no olvidemos que cuando las medidas se introdujeron en abril del 2013, el gobernador Kuroda dio un plazo de sólo dos años. Por tanto, es evidente que no han estado a la altura de las circunstancias.
El 18 de octubre, en el artículo que escribí, les comenté que el euro seguiría más fuerte que el yen y que tendríamos subidas en eur/jpy, que el Banco de Japón va a continuar con su política acomodaticia pese a que el BCE y la FED vayan en otra dirección. Finalmente este escenario es el que se está cumpliendo, ese día eur/jpy abrió en 132 y ha subido de momento a 136,52.
La idea a tener en cuenta es que mientras Kuroda no cambie la actual política monetaria, el yen seguirá siendo una divisa débil y por tanto el euro se mantendrá más fuerte.
El dólar frente al yen
En el artículo del 23 de noviembre les expuse las razones por las que esperaba que el dólar se fortaleciese frente al yen (subidas en usd/jpy), básicamente que se descontaba que la reforma fiscal de Trump saldría adelante y que ello ayudaría a que la FED pudiese en 2018 subir tipos de interés. De momento el escenario se va cumpliendo, ese día abrió usd/jpy en 111,25 y ha subido hasta ahora a 113,75.
En el gráfico pueden ver el perfecto patrón rectangular en el que siempre que el precio ha llegado a uno de sus extremos ha rebotado con fuerza en sentido contrario. Dicho patrón sigue vigente, por lo que los niveles son 107,84 por abajo y 114,28 por arriba.