A corto plazo, Wall Street sigue marcando el camino en esta crisis. A medio plazo, con el fin de la caída, que podría estar próximo, se producirán buenas oportunidades de compra. Hay ganas de subir, pero falta confianza.

Tras las caídas, las Bolsas intentan hacer fondo, con pequeños rebotes, que aún no han logrado superar resistencias significativas y con las manos fuertes neutrales: no compran pero tampoco venden. Da la impresión que el dinero aprovecha los repuntes para salir y entrar en la renta fija, donde los tipos de interés, con el t-bond superando el 2,9%, ya empiezan a ser una dura competencia para la renta variable. Mientras tanto, una buena temporada resultados, pasa desapercibida. Más de dos terceras partes de las compañías del S&P 500 ya han publicado resultados, y el incremento del BPA promedio es del 14,3% frente 11,0% esperado. El 76% de las empresas han superado previsiones y solo el 14% quedan por debajo. Son buenos y se suman a las perspectivas económicas, que son cada vez más sólidas, pero apenas contrarrestan el temor a una subida continuada de los tipos de interés, incrementado por el último dato de inflación en USA, que puede hacer que la Fed acelere las subidas de tipos y pase de las tres previstas para este año a cuatro.

El Ibex 35 intenta no perder el canal bajista iniciado el pasado mes de mayo. Todo sigue dependiendo de Wall Street, dada la mórbida dependencia que muestran las Bolsas europeas de la Bolsa estadounidense. Cuando acabe la caída, final que podría estar próximo gracias a la exuberancia de Wall Street, se producirán buenas oportunidades de compra.