Deutsche Bank, nuestro valor de la semana pasada, ha logrado avanzar un 3,2% semanal, al calor de la recuperación global de las Bolsas estas últimas sesiones, pero ello no evita que siga siendo el "farolillo rojo" del Eurostoxx en lo que va de año, con una caída del 18,6% desde el uno de enero. Seguiríamos estando fuera del valor en tanto no se despejen las dudas sobre su balance.
Unas dudas que de alguna forma también parecen afectar, aunque por motivos obviamente diferentes, a otros valores del selectivo europeo, o al menos así podría deducirse de la macroapuesta bajista que ha hecho el conocido gestor americano Ray Dalio, considerado por algunos el mejor gestor "hedge" del mundo.
Dalio ha vendido en descubierto una treintena de acciones del Eurostoxx (Unilever, Total, Siemens, Adidas...) en una actuación claramente contraria al consenso dominante entre los analistas, según el cual las Bolsas europeas representan una opción mejor que las americanas a la hora de invertir en renta variable.
Ese consenso existía también a principios de 2017 y sin embargo el Eurostoxx subió solo un 6,5% en el año, frente a una subida del 19,6% del S&P y del 25% del Dow. A principios de 2018 la apuesta en favor de Europa fue de nuevo la más extendida entre los gestores, y hay que decir además que esa apuesta se ve muy avalada por los mejores datos (proyección de beneficios, PER, rentabilidad por dividendo...) de las empresas europeas. Pero, una vez más, la realidad es que a fecha del viernes pasado el Eurostoxx baja un 2,2% desde el inicio del año mientras que el S&P sube precisamente un 2,2% y el Dow Jones un 2%.
En la reciente corrección se ha visto cómo de nuevo una turbulencia que tiene su origen en EE.UU. (la subida de los salarios por hora en Estados Unidos fue el origen de la caída del viernes 2 de febrero y del mini crash del lunes 5 de febrero) al final ha terminado castigando más a las acciones europeas que a las americanas.
Que esto suceda en un mundo global tal vez no sea del todo extraño. Muchas de las grandes empresas europeas desarrollan su negocio fuera de la zona euro y les afecta lo que pase en EE.UU. Tampoco es desconocido el efecto de contagio que cualquier caída fuerte de Wall Street produce en el resto de las Bolsas.
Pero la posición bajista de Dalio nos obliga a pensar que a lo mejor hay algo más, un algo más que pudiera estar conectado con los avatares políticos de la vieja Europa o, tal vez, con los problemas no resueltos de algunos de sus Bancos. Puede también tratarse, simplemente, de un error de Dalio, en cuyo caso al final el consenso de los analistas que apuestan por Europa sería el acertado y acabaría dando buenos beneficios a quienes sepan aguantar la posición a favor de las acciones europeas.
Nadie lo sabe pero por si acaso es bueno ver los niveles de soporte del Eurostoxx y, a la vista del gráfico que adjuntamos, una primera zona de soporte estaría en los 3.300/3.350 puntos, que es donde se paró la caída al semana pasada, pero un soporte realmente más fuerte es el de la zona 3.000/3.100 (en línea con el Comentario técnico diario publicado en nuestra web el pasado 6 de febrero) que es la banda en la que hubo un alto volumen de negociación a lo largo de 2016.
El rebote de la pasada semana podría en principio invitar a entrar en el Eurostoxx pero siendo prudentes preferimos seguir fuera y esperar a ver cuáles son las implicaciones últimas del mini crash que vivieron las Bolsas la semana del 5 de octubre, un episodio que a nuestro juicio merece una lectura más profunda que la de considerarlo una corrección técnica pasajera.