“La asunción excesiva de riesgo generalmente provoca pánico, y cuanto más dure la asunción de riesgo, mayor podría ser la corrección, pero ninguno de los baches que hemos visto en las bolsas durante los últimos años ha espantado a los inversores. En los últimos tiempos, cualquier revés – aunque fuera mínimo- del mercado ha sido interpretado como una señal de compra", dice David Buckle, responsable de análisis cuantitativo de Fidelity International ¿Qué hacer con el dinero cuando aún hay millones de euros y de yuanes (ninguno nominado en dólares) atrapados en bonos con rentabilidad negativa mientras han volado los índices bursátiles, principalmente los de las Bolsas USA? Conforme pasa el tiempo, aumenta el número de estrategas, que insisten en la necesidad de que los bancos centrales, principalmente el banco de Japón y el Banco Central Europeo "nos devuelvan la normalidad monetaria", es decir, que suban tipos sin prisa, pero sin pausa y sin demasiadas pretensiones. Hay que salir de la zona negativa.
¿Qué podría cambiar esta dinámica? Según David Buckle, hay dos eventos en particular con un gran número de probabilidades: o bien “los tipos de interés suben, y nos devuelven a la normalidad”, o bien “un acontecimiento exógeno golpea el mercado (por ejemplo, un suceso político) y los inversores se sienten incómodos al darse cuenta de los exagerados niveles de riesgo que están asumiendo”. Recientemente, el influyente blog Zerohedge se hacía eco de un informe de Goldman Sachs, en el que el banco de inversión hablaba de la probabilidad creciente de un crash de mercado al estilo del Black Monday.
Sobre la primera posibilidad, Buckle comenta que “el BCE sigue siendo extremadamente conservador (equivocadamente, en mi opinión, ya que está estimulando el comportamiento descrito arriba)”. Ante el apoyo explícito y reiterado de la autoridad monetaria a la necesidad de mantener los estímulos ante la ausencia de inflación, el experto descarta que sea una normalización monetaria la que desate una corrección: “No veo cómo se va a cambiar la actitud de los inversores ante la aversión al riesgo y, por lo tanto, preveo que la demanda desaforada de rendimientos continuará”.
“A ojos del BCE, lo importante es fijar un tipo de interés adecuado e importa muy poco si ese tipo adecuado resulta que es negativo, pero a los inversores sí les importa que sea negativo: por lo general, desean al menos recuperar su capital”, recuerda David Buckle, responsable de análisis cuantitativo de Fidelity International. Éste alerta, como lo han hecho recientemente otros expertos como el también gestor de Fidelity Ian Spreadbury o Dorian Carrell, gestor de Schroders, que numerosos inversores han optado por asumir mayores riesgos para seguir obteniendo esas rentas, escribe Cecilia Prieto en Funds People.
Si bien en un entorno normal el incremento del riesgo suele justificar un potencial de retorno superior, en cambio en un contexto de tipos negativos resulta que un depósito a plazo fijo tiene garantizada la pérdida de capital. “En este entorno perverso, se necesita riesgo de inversión para reducir la probabilidad de pérdida. Los bonos europeos presentan una probabilidad de pérdida en torno al 50%”, afirma Buckle. Éste indica que las únicas clases de activos donde el inversor tiene una probabilidad superior al 50% de recuperar el capital son los bonos corporativos con grado de inversión, el high yield, la renta variable y las inversiones alternativos. “En un mundo con tipos de interés negativos, el deseo de proteger el capital es un indicador de la tolerancia al riesgo, no de la aversión al riesgo”, sentencia el experto.
La cuestión, continúa Buckle, es que en el último año los activos de riesgo se han comportado tan bien que en muchos casos los inversores han podido digerir con facilidad su tolerancia al riesgo. Pero claro, la situación no puede prolongarse eternamente, y de ahí que cada vez más gestores estén comunicando a sus inversores un ajuste defensivo de sus carteras para protegerse de una eventual corrección, como han sido los casos recientes de Paul Read, gestor de Invesco (leer más), o de Louis D’Arvieu, de Amiral (leer más).