El bitcoin, cuya recomendación de venta reiterábamos la semana pasada en niveles cercanos a los 9.000 dólares, ha vuelto a caer con fuerza estos días y ayer, domingo por la tarde, llegó a cotizar por debajo de 6.500 dólares. Seguimos recomendando vender, ya que pensamos que su valor está muy por debajo de su precio actual.
Pero más allá del por nosotros esperado desplome del bitcoin, el foco de la semana ha seguido estando en las tecnológicas, que tras la crisis de Facebook a la que dedicábamos esta sección el pasado lunes, se han visto sujetas a fuertes oscilaciones los días pasados.
Se han confirmado así nuestras apreciaciones de la semana pasada cuando decíamos que "la evolución de la cotización de Facebook... nos sugiere que tal vez estamos ante una crisis general del modelo de las grandes tecnológicas" y añadíamos que "las llamadas FAANG van a estar, a partir de ahora, sujetas a una mayor monitorización y control".
No ha habido que esperar mucho tiempo para comprobar que ambas afirmaciones apuntaban en la buena dirección, ya que el propio presidente Trump se encargó de extender la crisis de Facebook a otra gran tecnológica, Amazon, al comentar en un "tuit" el pasado miércoles que Amazon paga menos impuestos de los que debería, y que está destruyendo puestos de trabajo al obligar a cerrar a muchos pequeños comercios.
Parece obvio que las afirmaciones de Trump sobre Amazon pueden afectar de forma general al conjunto de las llamadas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google) y en general al conjunto de las tecnológicas, ya que es común a todas ellas el optimizar su tributación y el crear modelos disruptivos de negocio que succionan valor de las empresas tradicionales hasta el punto de hacer desaparecer a muchas de ellas.
Tal vez por ello el pasado martes 27 las tecnológicas sufrieron, como se ve en el gráfico adjunto, un severo recorte, del que se recuperaron con fuerza, pero sólo parcialmente, en la sesión de cierre trimestral del pasado jueves 29.
La pregunta es si estos vaivenes son el anticipo de una corrección más profunda o son más bien un episodio pasajero. Ciertamente la innovación y la enorme creación de valor que realizan las tecnológicas justifican en parte la generosa valoración que los inversores les han dado, y que las han convertido en el sector líder de las subidas. Pero una regulación más estricta podría ciertamente privar a estas compañías de algunas de las ventajas de las que han disfrutado estos últimos años.
La respuesta no está clara, pero en todo caso conviene recordar que frente a los 6.581 puntos a los que cerró el pasado viernes, el Nasdaq 100 cotizaba hace tan solo un año por debajo de los 5.500 puntos, y que hace dos años, en el primer trimestre de 2016, su cotización apenas superaba los 4.000 puntos. Lo que indica que los niveles de soporte en una eventual corrección podrían estar bastante más abajo de los niveles a los que llegó el pasado martes.
Seríamos por tanto prudentes a la hora de apostar por el Nasdaq 100 y nos mantendríamos al margen hasta que la respuesta a la pregunta antes mencionada sea más clara.