El artículo de esta semana tiene un doble objetivo. El primer objetivo es exponer las dos políticas no convencionales utilizadas por los bancos centrales para estimular la economía, el quantative easing (QE) y el dinero helicóptero, y analizar la eficiencia de éstas para contestar si hay condiciones a nuevos estímulos en los próximos tiempos. El segundo objetivo es hacer la preparación para el artículo de la próxima semana, donde se va a explicar la causa de las tasas de inflación se mantengan dormidas.
Los bancos centrales utilizan diferentes políticas para alcanzar sus objetivos, clasificándose en convencionales y no convencionales. Las políticas convencionales son las que normalmente se utilizan, por ejemplo, la fijación de los tipos de interés a corto plazo, las facilidades permanentes de liquidez y la exigencia de reservas mínimas o de ratios financieros por las entidades de crédito. Como políticas no convencionales tendremos como ejemplo, el quantitative easing y el dinero helicóptero.
Las medidas no convencionales se utilizan en el contexto de crisis económica, ya cuando los tipos de interés son muy bajos. El QE fue utilizado por primera vez en 1990 por el Banco de Japón como respuesta a un período de deflación y posteriormente utilizado en respuesta a la crisis financiera de 2008 por el banco central de Estados Unidos, del Reino Unido y de la Suiza. En el QE el banco central crea dinero electrónicamente, "imprimen dinero", para adquirir activos a gran escala, generalmente títulos de la deuda pública de Estados, pero también activos privados como deuda corporativas. En teoría, esta medida alienta a las instituciones financieras a prestar mayor cantidad de dinero a empresas y consumidores por tipos de interés más bajos. Habrá tendencia para las empresas invertir más y para que los consumidores gasten más, estimulando la economía.
Los resultados de los QE son controvertidos, no es totalmente aceptado que produzca los resultados deseados. Existe el riesgo de aumentar el dinero en circulación sin que la capacidad productiva de los países se altere, causando inflación, y la disminución de los intereses puede llevar a un endeudamiento adicional. También existe el riesgo de depreciación del valor de la moneda del país de origen, bueno para las exportaciones pero mal para las importaciones.
La otra medida no convencional, la del dinero helicóptero, fue ideada por Milton Friedman en 1969 y puesta en práctica en 2002 por Ben Bernanke. Tal medida consiste en la impresión y distribución de grandes sumas de dinero a los consumidores para aumentar el consumo. La gran ventaja de esta medida es que aumenta la demanda en la economía, aunque haya el riesgo de que algunas familias opten por no gastar el dinero y depositarlo. Es importante señalar que esta medida es irreversible, ya que el dinero se da a los consumidores, por contrapartida en el QE, los bancos centrales pueden vender los activos. Y, al igual que en el QE, existe el riesgo de devaluación de la moneda en el mercado cambiario, resultado de la creación de dinero.
¿Habrá lugar para más estímulos a la economía?
La clave para responder a esta pregunta está en percibir la eficacia del último QE (2012-2014). La Fed sabe que el tercer QE creó una enorme expansión en los mercados financieros, pero no tuvo consecuencias efectivas y duraderas en la economía real. Este procedimiento sólo retrasó la resolución de los problemas de base de la economía norteamericana, agravando y mucho el balance de la Fed.
Por los discursos de Jerome Powell, desde que tomó posesión, no hay indicios para la existencia de más estímulos. En su última aparición, incluso en un contexto de cierta inestabilidad política, mantuvo la perspectiva de subida de los tipos de interés y reforzó la idea del alivio gradual del balance de la Fed, optando por el rigor y la confianza como pilares básicos en su discurso. Powell sabe que el crecimiento sostenible y un nivel de empleo elevado sólo pueden lograrse mediante el control de la tasa de inflación, a través de la fijación de la tasa de interés, y no por los estímulos a la economía, impulsando artificialmente los mercados financieros.
En suma, los QE y el dinero tirado de helicópteros sólo posponen la resolución de los problemas, agravándolos de forma considerable. Un efecto bola de nieve donde las consecuencias serán cada vez más nefastas a la economía. Powell, que sigue tomando el pulso a la economía intentando percibir hasta dónde puede ir, tiene demostrado sentido de Estado y discernimiento para intentar implementar reformas estructurales.
Abel Trindade
(Equipo Másquetrading)