The prolonged period of loose financial conditions in recent years has raised concerns that financial intermediaries and investors in search of yield may have extended too much credit to risky borrowers, potentially jeopardizing financial stability down the road. FMI.
Interesante el apartado que dedica el FMI en su Informe de estabilidad financiera a los riesgos derivados de la distorsión inversora bajo unas condiciones financieras expansivas prolongadas en el tiempo. No se trata de valorar el volumen de crédito como su dispersión en función del mayor o menor riesgo asumido en las carteras.
La conclusión del FMI es que los inversores e intermediarios asumen mayor riesgo relativo en sus carteras durante periodos de larga expansión financiera. Y advierte en el futuro de la necesidad de extremar la vigilancia prudencial y supervisora, también de protección del inversor minoritario. ¿Qué sorprende? Que el FMI identifique principalmente a los bancos como potencial fuente de riesgo.
Los bancos están sometidos en estos momentos a normas más estrictas de regulación y supervisión que en el pasado, limitando de esta forma que asuman riesgo excesivo y reforzando su prudencia en los préstamos. Sin dejar de mencionar el proceso de fortalecimiento y ajuste de balance llevado a cabo durante la crisis, lo que conlleva una gestión exigente en cualquier operación que consuma capital. En paralelo al ajuste llevado a cabo por los bancos se ha producido una mayor expansión de la financiación mayorista y banca en la sombra
En el siguiente cuadro obtenido del último Informe anual del ECB se refleja la estructura del balance de las empresas europeas el año pasado.
El peso de la financiación bancaria a las empresas se ha reducido durante la crisis, aunque sigue siendo la principal fuente de financiación a través de deuda. Son las grandes empresas las que ha encontrado un complemento a la financiación bancaria a través de los mercados mayoristas y sector financiero no bancario. Su peso, con todo, sigue siendo bajo, aunque debería llamar la atención la intensidad de su crecimiento en un entorno de condiciones financieras que los propios bancos centrales consideran como extraordinariamente laxas.