Entendemos por break even (‘umbral de rentabilidad’ o ‘punto muerto’ en castellano) el punto de equilibrio en las cuentas de una compañía. Es decir, cuando una empresa entra en break even quiere decir que ha alcanzado el umbral de rentabilidad, esto es, que los ingresos igualan a los costes (fijos y variables) y, a partir de ahí, la previsión es la entrada en beneficios.
El análisis del break even es interesante para empresas cíclicas que se encuentren entrando o saliendo en un ciclo alcista, para saber cuándo alcanzarán beneficios o pérdidas.
Tipos
Hay varios tipos de análisis de break even:
- Cuenta de resultados: Existen el punto muerto de margen bruto, de margen operativo y de beneficio antes de impuestos, aunque el más utilizado es el primero. Permite encontrar el nivel de producción o ventas para el que los ingresos igualan a los costes. Cuando éste no es posible, se realiza el cálculo del punto muerto operativo (margen operativo cero).
- Cash-flow: Determina en qué momento la empresa iguala entradas y salidas de fondos. Es muy significativo para la política de financiación de la compañía y para fijar en qué medida ésta necesitará aumentar su apalancamiento (grado de endeudamiento en el que puede incurrir una empresa).
Ratios
Igualmente, a través del break even se pueden hallar diferentes ratios:
- Absorción de costes fijos: expresa el porcentaje de ventas necesario para cubrir los costes fijos (punto muerto/ventas x 100).
- Eficiencia comercial: refleja el porcentaje de ventas que podría ser reducido sin incurrir en pérdidas (ventas-punto muerto)/ventas x 100.
- Seguridad de los costes variables: expresa el porcentaje máximo en el que podrían incrementarse los costes variables de la empresa sin entrar en pérdidas (beneficio/coste variable por unidad x 100).
- Seguridad de los costes fijos: representa el porcentaje máximo en el que podrían incrementarse los costes fijos sin caer en pérdidas (beneficio/coste fijo x 100).