Decíamos la semana pasada que era posible que la reacción de las Bolsas a los resultados de Apple fuese positiva, ya que las acciones de la compañía de Cupertino llevaban varios días a la baja y podía haber efecto sorpresa, y así ha sido efectivamente. Las acciones de Apple marcaron su máximo histórico de todos los tiempos el pasado viernes y han ayudado a los índices americanos a salvar lo que iba camino de ser una semana de pérdidas.

Esa debilidad de las Bolsas americanas, con la ya mencionada excepción de las tecnológicas, tiene bastante relación con la evolución del dólar. Tal y como se ve en el Gráfico de los futuros del dólar de estos últimos años, el dólar llegó casi a la paridad con el euro a principios de 2017, tras la victoria de Trump en las elecciones americanas, dentro de una tendencia alcista que había venido manteniendo desde verano de 2008.

Sin embargo, en el 2017 y en enero de 2018 el dólar se dio la vuelta y empezó una tendencia bajista frente al euro y frente a las restantes divisas. La espectacular subida de las Bolsas americanas fue pareja a esa debilidad del dólar, al entenderse que un dólar débil favorecía a la economía y a las empresas norteamericanas.

Pues bien, a partir de febrero de este año el dólar tocó sus mínimos frente al euro, ligeramente por encima de los 1,25 dólares por euro, e inició una subida, que ha coincidido con una fase de corrección en las Bolsas, y que se ha acentuado estas dos últimas semanas hasta cerrar el pasado viernes el dólar a 1,195 dólares por euro.

¿Se ha dado la vuelta el dólar? ¿Ha iniciado una nueva fase alcista? Probablemente la respuesta esté en la Fed, ya que, si prosigue su programa de subida de tipos y retirada de liquidez, será muy difícil que el dólar no siga subiendo, lo cual no deja de ser inquietante para algunas economías emergentes.

Apostaríamos por un dólar más fuerte en los próximos meses, al calor de las decisiones de la Fed, si bien probablemente a corto plazo deba descansar un poco tras las fuertes subidas de la semana pasada. Aprovecharíamos niveles por encima de 1,20 dólares por euro para ir tomando posiciones en el dólar.