En ocasiones me han leído que los actores del mundo financiero tienen la peculiaridad de tener dificultades para centrarse en más de una cosa al mismo tiempo. No es que no se analicen varios factores, de hecho se hace en gran número, sino que las tomas de decisiones operativas se realizan básicamente dependiendo de uno. En ocasiones es la evolución del precio del petróleo, en otras las incertidumbres geopolíticas, en otras la volatilidad del mercado de divisas, y en otras, como es el caso actual, del comportamiento de la rentabilidad de la renta fija.
Si han estado atentos del mercado en las últimas semanas, habrán leído y escuchado en muchas ocasiones lo importante que era para los mercados la cota del 3% en la rentabilidad del bono a 10 años de EE.UU. Muchos analistas afirmaban que en caso de romperse la rentabilidad de la deuda americana se dispararía y las bolsas se desplomarían. Ahora se encuentra por encima del 3,10%, por lo que es normal que muchos inversores estén inquietos sobre bruscas caídas en los mercados de acciones. Bien, pues este artículo es para tranquilizarles.
Lo primero que tenemos que decir es que la rentabilidad real (descontada la inflación) del bono a 10 años de EE.UU. es históricamente baja. Ahora se encuentra sobre el 0,75%.
Bien, pues con estas rentabilidades tan bajas históricamente es muy difícil que se haya iniciado una tendencia bajista en el mercado de acciones, según afirma el analista Troy Bombardia. Vean este gráfico:
Desde 1950 se han producido cuatro techos mayores de mercados:
- Diciembre de 1968: La rentabilidad real del bono a 10 años de EE.UU. se situaba en el 0,9%. Ahora está sobre el 0,70%.
- Enero de 1973: La rentabilidad real del 10 años de EE.UU. estaba en el 3,9%
- Marzo de 2000: La rentabilidad del 10 años estaba en el 3,8%
- Octubre de 2007: La rentabilidad real era del 2,4%
Por tanto, excepto en 1968, los otros tres techos mayores de mercado presentaban una rentabilidad real de la deuda estadounidense muy por encima de lo que está actualmente. La misma conclusión podemos sacar si el estudio lo alargamos a todo el siglo XX.
La conclusión que podríamos sacar de este estudio de Bombardia es que por ahora no hay motivo para preocuparse de que una fase bajista mayor se produzca en las bolsas. Por ahora.