Si la semana pasada nos referíamos al Mib, selectivo de la Bolsa italiana y recomendábamos evitar al máximo la exposición a dicho índice, lo cual ha sido acertado a la vista de la caída semanal del 4,5% que ha sufrido, esta semana vamos a referirnos a la deuda pública italiana, cuya evolución amenaza no solo a Italia sino al conjunto de la zona euro, ya que puede producirse ese efecto contagio al que nos referíamos al terminar nuestrocomentario del pasado lunes.
El bono del Tesoro italiano a diez años cerró el viernes a un tipo de interés del 2,46% con una prima de riesgo respecto al bund, que cerró en el 0,40%, superior a los doscientos puntos básicos. Las alarmas se han encendido no solo por Italia, sino porque otras primas de riesgo de bonos soberanos periféricos también subieron el viernes, incluida la del bono español que se sitúa ya por encima de los cien puntos básicos.
Resucita así el temor a una creciente divergencia en las condiciones de financiación de las distintas economías que forman parte de la moneda común europea, divergencia que de producirse ahondaría en lo que en su día se denominó "choque asimétrico" entre economías que comparten la misma divisa y que por tanto no pueden aplicar entre ellas el mecanismo de ajuste que supone devaluar su moneda respecto a las economías más fuertes.
Es de esperar que los mecanismos puestos en marcha desde la crisis de 2011 funcionen y no volvamos a episodios como los vividos en el 2011 y 2012. Pero hay que recordar lo que muchas veces ha dicho el propio BCE, a saber, que la ayuda monetaria no es eterna y que hay que aprovecharla para hacer reformas estructurales de verdad. Unas reformas que solo se han hecho muy parcialmente y que en algunos casos, como el de las pensiones en España, se revierten después incluso en la pequeña medida en la que se han implementado.
Evitaríamos de momento la exposición a bonos soberanos periféricos, pero estaríamos muy atentos a entrar en ellos si los tipos se tensionan algo más en los próximos días y ofrecen buenas oportunidades.