A corto plazo las Bolsas descuentan de golpe todas las consecuencias de de la guerra comercial, que apenas ha comenzado. A medio plazo, irán recuperándose, mientras las consecuencias de la crisis se hacen más visibles. Es lo habitual.

Sigue el temor a un agravamiento de la guerra comercial y las Bolsas han pasado de descontar que la trade war era un simple farol de Trump para conseguir posiciones negociadoras ventajosas, a descontar que va definitivamente en serio, y va a suponer un grave deterioro para el crecimiento económico global. Así commodities, materiales básicos, empresas industriales y exportadoras son las que más sufren. Wall Street también sufre, con el Nasdaq a la cabeza, pero sigue entrando dinero, que ralentizan las caídas. El punto negativo de esta entrada de dinero, es su origen: no proviene de manos fuertes, que siguen prácticamente fuera de mercado desde hace meses, sino de recompras de acciones de las propias compañías y, esto es lo peor, de manos débiles.

En Europa, además, la inestabilidad política vuelve a sacudir los mercados italianos y contagia a los europeos, principalmente los periféricos. Es un cúmulo de circunstancias negativas, y las Bolsas, como suele suceder en estos casos, caen descontando toda la crisis que se avecina, y luego, aunque siga empeorando la situación, ya empezaran a recuperarse. Eso pasó con la elección de Donald Trump y con el Brexit, y probablemente también pase ahora. Solo hay que esperar que las Bolsas toquen fondo en las próximas semanas.

El Ibex 35 cae, como todos, hasta el suelo del triángulo, entrando en la zona de soporte de los 9.300-9.600 puntos. Desde esta zona debería rebotar.