De acuerdo con la cifras publicadas por Osborne Clarke en su estudio “El consumidor europeo: una vida online”, publicado el año pasado, la utilización de las tarjetas contactless en España asciende al 57% de los usuarios. Esto contrasta con la cifra de la media en Europa, la cual se sitúa en el 45%.
El miedo que tuvo lugar inicialmente cuando se introdujo esta tecnología en el mercado ha sido sustituido por un creciente interés en esta tecnología.
De hecho, anteriormente, el grueso de las consultas respecto al sistema contactless tenía que ver con cuestiones de seguridad. Sin embargo, en la actualidad, la mayor parte de las consultas se centrar en averiguar qué tarjetas disponen de este sistema de pago.
Las medidas de seguridad adoptadas por los bancos y la comodidad del servicio han terminado por convencer a los usuarios de la idoneidad del sistema.
Por supuesto, el propio sector bancario se ha encargado de incentivar el uso de este tipo de tecnología.
Para ello, se ha encargado de la que la inmensa mayoría de las tarjetas emitidas recientemente dispongan del sistema contactless. De hecho, el 75% de las tarjetas de débito en España tienen incorporada esta tecnología, siendo en su mayoría tarjetas gratuitas, ya sea incondicionalmente o a cambio de adquirir algún tipo de vinculación con nuestro banco como, por ejemplo, la domiciliación de la nómina. Sin duda, esto ha contribuido significativamente a su rápida expansión.
El sistema contactless nación con dos objetivos muy claros.
Por un lado, mejorar la seguridad en el uso de la tarjeta dado que no es necesario que el titular se desprenda de ella en ningún momento para la utilización del TPV o datafono. Basta con que acerca la tarjeta a la terminal de pago y la operación se cerrará mediante el uso de tecnología de proximidad.
Además, también contribuye a agilizar las operaciones. Por una parte, el procedimiento es más sencillo que tener que insertar la tarjeta en la ranura del dispositivo y, por otra parte, la tarjeta se puede configurar para que los pagos por debajo de determinado importe no requieran introducir el PIN en la terminal. Por regla general, estas tarjetas llegan una configuración predefinida de manera que las compras hasta 20 euros no requieran dicho PIN, a no ser que el titular lo cambie.
El auge de las tarjetas contactless es tan sólo un elemento más que ilustra la buena salud de los sistemas de pago de última tecnología de nuestro país.
La disponibilidad de TPV con tecnología de proximidad también ha crecido progresivamente. Concretamente, el 47% de los datafonos nacionales ya están preparados para esta modalidad de pago.
De acuerdo con las estadísticas de Visa Europe acerca de la realización de pagos digitales, ya hay más de 820.000 terminales disponibles en España. La previsión es que todos los establecimientos dispondrán de esta tecnología para el año 2020.
La tendencia en toda Europa también es de crecimiento. Actualmente, hay disponibles 3,2 millones de dispositivos de pago contactless, lo cual ha supuesto un crecimiento del 26% respecto al año 2015. Además, se realizan un total de 3.000 millones de operaciones anuales.
De una parte, resulta muy ilustrativo el hecho de que el número de pagos realizados con el sistema contactless ya haya superado a las operaciones de retirada de efectivo en los cajeros. Los españoles se están acostumbrando a prescindir del efectivo, utilizando los sistemas de pago más modernos y ágiles.
Además, el pago con tarjeta se ha impuesto claramente al pago en metálico. El Sondeo de Opinión del Consumidor elaborado por Advanced para Visa refleja que el 59% de los usuarios encuestados utilizan el pago con tarjeta de forma predominante.
Concretamente, el uso de las tarjetas de débito es la opción escogida en el 34% de las compras. El 20% se inclina por las tarjetas de crédito. Y el 46% restante de operaciones tienen lugar en efectivo, aunque en su mayoría se trata de transacciones de escaso valor y por importes que no alcanzan los 10 euros.
La época dorada de las tarjetas en España alcanzó su máximo apogeo en el año 2003, cuando se llegaron a registrar un total de 33,10 millones de tarjetas de débito en circulación.
Los últimos informes del Banco de España apuntan a una cifra cercana a los 27 millones de tarjetas, tras varios años de recuperación después de la crisis económica.