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Netflix y el futuro de las FAANG

por Renta 4 Hace 6 años
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Cisco, nuestro valor de la semana pasada, ha logrado estabilizar su cotización, cerrando el pasado viernes ligeramente por encima de los 42 dólares, y logrando así una pequeña subida semanal. Seguimos pensando que en niveles cercanos a 40 dólares o por debajo merece la pena incrementar posiciones en Cisco.

Pero la semana pasada el protagonismo ha correspondido a otras grandes tecnológicas y por razones casi opuestas. Microsoft cerró la semana con un nuevo máximo histórico de todos los tiempos el viernes pasado tras presentar sus resultados, pero, en el lado opuesto, Netflix abría la semana el lunes con un semi desplome al caer un 14% en el mercado fuera de hora (after hours) tras dar sus cifras que evidenciaban un mal ritmo de captación de nuevos suscriptores.

El gráfico que adjuntamos recoge la evolución comparativa de las cotizaciones de Netflix (en azul) y de Cisco (en rojo) en las cinco sesiones que van desde le viernes 13 al jueves 19, ambas incluidas. De esta forma podemos ver el paralelismo entre la caída de Cisco en la sesión del viernes 13, cuando se desplomó tras el anuncio de que Amazon iba a entrar en el mercado de dispositivos de conmutación, y la caída de Netflix al inicio de la sesión del martes 17, cuando, tras haber publicado sus resultados la noche anterior, cayó un 14% "overnight" al estar la cifra de nuevos suscriptores por debajo de las expectativas del mercado.

Podemos ver también como, en ambos casos, la cotización ha rebotado tras el desplome, y muestra signos de querer estabilizarse, pero no acaba de despegar y solo logra mantener una tendencia lateral o incluso ligeramente bajista, más acentuada en el caso de Netflix.

¿Nos está indicando Netflix un agotamiento en la subida de las FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Google), subida que ha sido vital para las Bolsas americanas, ya que ha contribuido de forma sustancial a la subida del S&P? 

Responder ahora a esa pregunta sería una temeridad, porque realmente nadie sabemos si los inversores van a seguir apoyando tan generosamente como lo han hecho hasta ahora a estas grandes compañías que están transformando nuestras vidas, bien es verdad que a cambio de ir construyendo inquietantes monopolios que pueden terminar por controlar nuestras vidas.

No nos atrevemos, por tanto, a decir si estamos ante el principio del fin o, al revés, en el fin del principio de las grandes tecnológicas. El tiempo lo dirá, pero, de momento, evitaríamos entrar en empresas como Netflix, que tienen aún que demostrar la sostenibilidad y proyección futura de su modelo de negocio y preferimos optar por alternativas más conservadoras como, por ejemplo, la propia Microsoft, a la que aludíamos al empezar este comentario.

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