En el conflicto comercial que están llevando a cabo EE.UU. y China, este último país ha "amenazado" de forma indirecta, no a través de funcionarios oficiales sino de filtraciones a medios de comunicación chino, que podría estar dispuesto a vender sus grandes posiciones en bonos del Tesoro de EE.UU., para provocar un derrumbe de sus precios y una subida sin precedentes de los tipos de interés.
¿Qué significaría esto? Pues que el coste financiación a las empresas de EE.UU. subiría tanto que sus beneficios se verían claramente dañados.
Ahora bien, una cosa es lo que se amenaza y otra muy distinta lo que se ejecuta. China tiene reservas internacionales de cerca de 3 billones de dólares, y es el segundo tenedor de bonos del Tesoro estadounidense en el mundo.
Por otro lado, como añade el economista Guillermo Barba: Los bancos chinos tienen cerca de 850.000 millones de dólares en sus balances, y las empresas hacen cada vez más transacciones con la divisa estadounidense.
Suena contradictorio que China, que impulsa instrumentos financieros respaldados en su propia moneda, como el petroyuan, y que ha abogado por sustituir al dólar como moneda de reserva, esté inundada de esta divisa, pero hay una razón (paradójica) de esto: su expansión global.
De acuerdo con un reportaje de Bloomberg, las compañías y bancos chinos, e incluso el gobierno, vendieron bonos denominados en dólares a un ritmo récord el año pasado. Este mercado, de aproximadamente 500,000 millones de dólares, tiene dos atracciones clave para los deudores de China. Para algunos, es más fácil recaudar efectivo en dólares que con el yuan, pues los reguladores están tomando medidas enérgicas contra el apalancamiento. Para otros, los dólares son simplemente más fáciles de usar para financiar adquisiciones e inversiones en el extranjero.
Leong Wai Mei, un administrador de cartera de renta fija de Eastspring Investments en Singapur, afirma que los beneficios de pedir prestado en dólares incluyen obtener exposición internacional, financiamiento más barato y financiar operaciones en el extranjero con dinero extraterritorial en lugar de retirar el yuan.
La Iniciativa Belt and Road (BRI, Cinturón y Ruta de la Seda) del presidente Xi Jingping es un plan para la profundización de los vínculos comerciales y de inversión de China con países de toda Europa y otras regiones, y el instrumento que utilizan para su globalización es, irónicamente, el dólar.
Como aquí hemos insistido, China y el yuan no van a reemplazar al dólar en el corto plazo, pero sí se está posicionando estratégicamente para cuando llegue el día del colapso del billete verde, al que todavía le queda vida.
Una cosa es la pérdida irremediable que sufrirá de su categoría de moneda de reserva global, y otra muy distinta que ese cambio de paradigma sea inminente.
Mientras tanto, Beijing necesita más aliados mientras dure la guerra comercial con Estados Unidos, que traerá más episodios de volatilidad a los mercados. El más próximo podría llegar este mes de agosto, según ZeroHedge, y recuerda, que precisamente, la devaluación del yuan chino ocurrió en agosto de 2015.
No olvidemos que además, ya viene el otoño, temporada del año en la que suelen haber sacudidas bursátiles.