La papeleta de Macri no se presenta nada sencilla. El comienzo fue más o menos bien con sus objetivos de impulsar el crecimiento económico y controlar la temida inflación, pero tras 2 años las cosas han cambiado:
Riesgo real de recesión
La divisa del país, el peso argentino, se ha hundido,
La inflación sube más del 30%.
La confianza del consumidor se derrumbó del 54% al 36%.
La actividad económica en junio se contrajo un 6,7% (la peor cifra en 9 años).
El desempleo aumenta.
Los salarios no levantan el vuelo.
Como resultado de todo ello, Macri se vio obligado a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), concretamente un crédito de cuantía importante, algo que a muchos argentinos no les hizo demasiada gracia a tenor de la relación que antaño mantuvo el país con este organismo. Por ejemplo, El FMI respaldó la política económica del régimen militar de los años 70 y 80 con préstamos de millones de dólares cuyo destino nunca se supo. Otro ejemplo fue la intervención del FMI que luego se tradujo en el corralito del año 2001 y desencadenó una crisis económica.
Uno de los pilares del plan de Macri para luchar contra la segunda inflación más alta del mundo (después de Venezuela), fue fijar elevadas tasas de interés para promover el ahorro e incentivar su divisa. Aunque el Banco Central y el Gobierno han dicho que la tasa de interés del 40% es transitoria, la realidad es que las condiciones para volverla a bajarla llevarán bastante tiempo y no depende únicamente de Argentina, sino de otras variables que pertenecen al contexto internacional.
En Argentina se celebrarán elecciones presidenciales en 2019. Si bien la desaceleración económica y el colapso del peso jugarán un papel protagonista en la votación, de momento Macri está recibiendo un balón de oxígeno, ya que la atención se ha dirigido a su principal enemigo político, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la cual está envuelta en un escándalo de corrupción y sus índices de aprobación se han desplomado.
En este gráfico pueden ver el dólar USA frente al peso argentino. Desde el año 2015 el billete verde no deja de subir con fuerza, mostrando la enorme debilidad del peso.
La tasa de inflación en Argentina registró 31,20% en julio de 2018. Su máximo histórico es de 4924% en 1989 y un mínimo histórico de -7% en 1953.
Durante los últimos 70 años, Argentina tuvo inflación por encima del 10% en 54 de esos 70 años, es decir, el 77% del tiempo durante las últimas 7 décadas.
Entre 1975 y 1991, la inflación siempre estuvo por encima del 80% anual, incluyendo las fuertes de 1989 (4924% anual) y 1990 (1344% anual).
En la última década (2005-2014), 9 de los 10 años tuvieron inflación de dos dígitos.
El Banco Central elevó su tasa de interés de referencia a 45% después de que el peso cayera a un nuevo mínimo histórico frente al dólar estadounidense. Ha sido el cuarto aumento de tasas de interés de Argentina este año. La tasa de interés en Argentina promedió 61,23% desde 1979 hasta 2018, alcanzando un máximo histórico de 1389.88% en marzo de 1990 y un mínimo histórico de 1,20% en marzo de 2004.