El tiempo corre deprisa y el nerviosismo también. La negociación del Brexit entre Reino Unido y la Unión Europea (que está fijado para marzo del 2019) sigue estancada y se teme que para el mes de octubre no haya aun un acuerdo, ya que ambas partes eligieron ese mes como meta principal.
Escollos muchos, pero los principales son:
La frontera entre las dos Irlandas.
El pago del divorcio que tendrá que abonar el país británico (44,33 millones de euros). Si no hay acuerdo resulta que no pagarían este dinero, ni tampoco los presupuestos comunitarios en 2019 y 2202, algo que se había acordado que sí harían.
Las relaciones comerciales con el resto de países comunitarios.
Hace unas semanas fue el presidente del Banco de Inglaterra el que comentó que existen elevadas probabilidades de que finalmente se llegue a un Brexit sin acuerdo. Ahora ha sido el ex presidente del Consejo europeo el que ha indicado que existe un verdadero riesgo y peligro de que no haya un acuerdo bilateral.
Si ese fuese el escenario final, habría muchas consecuencias, pero hay varias principales:
Surgiría una corriente masiva a favor de la independencia de Escocia, que ya en el 2014 votó vía referéndum a favor de seguir siendo parte de Reino Unido.
Podría haber elecciones generales en Reino Unido y entonces el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea sería aplazado. Recordemos que este artículo establecía un plazo de dos años para negociar los términos de la salida de la Unión Europea y si no hay acuerdo, el país saldría automáticamente de la UE.
La eliminación del Tratado de Schengen (acuerdo que se firmó en 1985 y entró en vigor en 1995, por el que varios países de Europa suprimieron los controles en las fronteras interiores y trasladaron esos controles a las fronteras exteriores. Establece un espacio común por el que puede circular libremente toda persona que haya entrado regularmente por una frontera exterior o resida en uno de los países que aplican el acuerdo).
La situación de los ciudadanos europeos que ya viven en Reino Unido cambiaría mucho. En un principio se dijo que podrían quedarse e incluso llevarse a familiares en primer grado. Pero llegado el Brexit sin acuerdo, no se sabe qué pasará.
Desapego del Tribunal de Estrasburgo, con lo que se podría afirmar que no habría legislación comunitaria en el país, tanto para británicos como para extranjeros.
Mayores costes en las tarjetas de crédito utilizadas en Europa.
Problemas para cobrar la pensión si se vive en un país de la UE, ya que los bancos del Reino Unido quedarían fuera del sistema de pagos de la Unión Europea. Esto también afectaría al cobro de salarios y los contratos de seguros.
Los británicos que viven en Europa tendrían problemas para acceder a su cuenta bancaria.
El IVA se tendría que abonar por adelantado, lo que afectaría a la liquidez de las empresas que traten con Europa.
Londres propuso hace unas semanas a la UE la creación de un área de libre comercio para bienes tras el Brexit, más que nada para evitar los controles de aduanas y mantener abierta la frontera con Irlanda. Pero esta iniciativa no hizo mucha gracia en el seno del Gobierno de May, motivo por el cual dimitieron dos importantes ministros.