La decisión de Macri de solicitar al Fondo Monetario Internacional el adelanto de la ayuda de 50.000 millones de dólares (recibieron 15.000 millones en junio y el resto está condicionado a revisiones y controles que cada tres meses realiza el FMI) provocó que el peso argentino se hundiese en la sesión un 7,5%, su mayor caída desde hace tres años, en agosto un 34% y acumula en lo que va de año un desplome del 52% (el capital en dólares que tiene que devolver se ha doblado). Es cierto que el Banco del país ha estado comprando pesos en un intento de proteger su moneda, pero ha resultado en vano.
Dólar/Peso argentino
Y es que Argentina tiene que afrontar el pago de deuda en dólares (con un billete verde fuerte el tema se complica y mucho), tiene vencimientos de deuda de 25.000 millones de dólares en 2019 y casi toda su deuda está emitida en dólares (el 62% del total de los casi 300.000 millones de dólares).
El hecho de que la FED haya procedido a cambiar su política monetaria y a subir los tipos de interés (se esperan dos subidas más en lo que resta de año y otras dos el próximo año) es un aliciente para que el dólar se fortalezca, y este hecho es el que está lastrando a los mercados emergentes y especialmente a los argentinos, que ven como la fuga de dinero es una realidad. Una fuga de capital motivado por el temor a que haya un corralito, experiencia que tienen reciente en 2001-2002.
En efecto, el 3 de diciembre de 2001, Argentina sufrió un corralito decretado por el presidente Fernando de la Rúa, una restricción a la libre disposición del dinero en efectivo depositado en las entidades bancarias por parte de los titulares de las cuentas. El corralito comenzó con la limitación a 250 dólares de retirada de efectivo, pero terminó con la restricción total y con la congelación de los depósitos de ahorradores. El cierre bancario se prolongó casi un año. El 2 de diciembre de 2002 se anunció la liberación de los depósitos retenidos, se acabó con la equiparación peso/dólar y se inició la devaluación.
El Banco de Argentina intentó una reacción a la desesperada subiendo los tipos de interés del 45% al 60%, pero la medida, por sí sola, se antoja del todo insuficiente.
Pero los problemas se acumulan. La agencia de calificación Standard & Poor’s situó la nota de Argentina en “revisión especial negativa” por el riesgo en la implementación de las medidas de austeridad. El temor de la agencia es que todo lo sucedido debiliten la credibilidad y podría tener un impacto en la inflación, incrementando el riesgo de la huida de capitales y presionando más el tipo de cambio
Tipos interés en Argentina
La tasa de interés en Argentina promedió 61,23% desde 1979 hasta 2018, alcanzando un máximo histórico de 1389.88% en marzo de 1990 y un mínimo histórico de 1,20% en marzo de 2004.
Inflación en Argentina
La tasa de inflación se encuentra en 31,20%. Su máximo histórico es de 4924% en 1989 y un mínimo histórico de -7% en 1953. Durante los últimos 70 años, Argentina tuvo inflación por encima del 10% en 54 de esos 70 años, es decir, el 77% del tiempo durante las últimas 7 décadas. Entre 1975 y 1991, la inflación siempre estuvo por encima del 80% anual, incluyendo las fuertes de 1989 (4924% anual) y 1990 (1344% anual). En la última década (2005-2014), 9 de los 10 años tuvieron inflación de dos dígitos.
Evolución del índice dólar (en verd
Los CDS, seguros que cubren de un potencial impago de la deuda argentina a 10 años superaron los 660 puntos, un nivel no visto desde hace cuatro años.
Por cierto, Macri está considerando restituir un impuesto del 10% a las exportaciones de maíz y trigo. No olvidemos que Macri desechó los impuestos a la exportación de maíz y trigo cuando asumió el cargo en diciembre de 2015, cuando recurrió a los agricultores para reactivar la economía. Los agricultores, a su vez, alabaron su ascenso al poder después de años de disputas con su predecesor, y la siembra se disparó. Macri también comenzó a reducir el impuesto sobre la soja y el aceite. Veremos ahora las reacciones…