Hoy vamos a ver las grandes similitudes y elementos que tienen en común el póker y la inversión en los mercados bursátiles, y trataré de hacerles ver cómo utilizar esos elementos a su favor para obtener los objetivos propuestos.
Este artículo es la continuación del primero de la serie, Los Pelayos y los mercados bursátiles, creación del sistema.
El póker tiene muchas similitudes con la inversión en los mercados bursátiles. ¿Por qué creen ustedes que en los torneos y en los campeonatos importantes siempre suelen llegar a la mesa final los mismos jugadores cada año? Evidentemente porque el póker no es un juego de azar, al igual que los mercados.
Como todo en la vida, siempre es bueno tener la suerte de nuestra cara, pero como un factor más, pero nunca como un elemento determinante.
En el póker los elementos fundamentales son las matemáticas, la gestión del riesgo y la psicología. En los mercados bursátiles son la técnica (análisis técnico y análisis macro), la gestión del riesgo y la psicología.
Como pueden ver, de los tres elementos, dos son comunes. Veamos los tres elementos por separado:
- Matemáticas / sistema: mediante las matemáticas un jugador sabe qué probabilidad tiene de obtener la jugada deseada, de que pueda conseguir la carta que le falta, qué mano lleva sus rivales, y en función de esa probabilidad actuará o no, si es una probabilidad alta jugará, en caso contrario pasará.
En los mercados sucede exactamente igual, con el análisis técnico sabemos puntos donde el precio del activo puede rebotar, puntos donde el impulso pasaría a ser alcista o bajista, etc, de manera que actuamos en función de lo que diga el análisis.
- Psicología: aunque sepamos que tenemos un buen sistema de inversión, el hecho de perder una operación nos resta confianza y ya no seguimos actuando como debiéramos. En el póker sucede lo mismo cuando perdemos varias manos consecutivas. Les voy a poner un ejemplo y lo van a entender perfectamente…
Imagine que tiene un sistema de inversión que generalmente suele brindar 7 operaciones buenas y 3 malas. La primera operación en el día sale mala, la segunda también. La psicología empieza a jugarle malas pasadas, empieza a dudar de todo, el ánimo decae, y cuando llega la tercera señal decide no entrar por miedo a perder más. ¿No se dan cuenta de que eso es un grave error?
Para que tenga éxito un sistema y su serie estadística, se ha de realizar la serie completa. Siguiendo con el ejemplo anterior, tras las dos primeras señales malas, ahora más que nunca habría que seguir operando ya que es más probable que las siguientes sean buenas en base a la serie estadística del sistema. Si en ese sistema el acierto suele ser de un 70%, si solo entramos en las dos primeras señales ya no es un 70%, es una lotería, el 70% es entrando a las 10 señales.
Pues bien, este tema de la psicología se reproduce exactamente en el póker.
- Gestión del riesgo: para aprender a ganar hay que aprender primero a perder. A ganar cualquiera se acostumbra, a perder no. Solo aquellos con fuerza mental y psicológica para resistirlo, con el hambre necesaria para seguir adelante pese a las adversidades y con un colchón económico que le permita aprender de las pérdidas, solamente aquellos que cumplan estos requisitos podrán finalmente ser buenos inversores y buenos jugadores de póker.
Hay que saber gestionar las pérdidas. Cuando se pierde una operación se controla la pérdida y se convierte en pequeña. Se trata de gestionar profesionalmente las pérdidas, no de eliminarlas (porque siempre estarán ahí con nosotros). Se aprende a vivir con ella para no volver a cometer ese error.
El mercado no regala dinero a nadie. Se pueden ganar algunas operaciones gracias a la suerte, pero el buen inversor aprenderá por qué la ganó por suerte y no por su Sistema de Trading, ya que el mercado acabará cogiéndole y cobrándole todo lo que obtuvo más intereses.
Ya lo comenté en varias ocasiones, pero es interesante volver a insistir en ello, el experimento Ralph Vince. A 40 profesores universitarios les hacen participar en un juego que tiene un 60% de probabilidades de ganar y un 40% de perder (con lo que la esperanza matemática es bastante interesante a favor de los participantes). La mecánica del juego era la siguiente: se gana o se pierde lo que se apuesta y cada participante ha de escoger la cantidad que apuesta en cada ronda. ¿Saben cómo finalizó este experimento? De los 40 profesores universitarios sólo 2 lograron obtener beneficios.
Este experimento nos demuestra que la falta de gestión de riesgo arruina cualquier sistema o metodología de inversión. Da igual la experiencia que ustedes puedan tener, da igual el nivel de conocimientos, al final, es la psicología y la gestión de riesgo la que se impone.