Risk-off: USD al alza; risk-on: USD a la baja.
Pero, en el fondo, no es tan sencillo. De hecho, muchas casas de análisis han publicado informes en el que se muestran incluso más optimistas si cabe sobre la evolución de la moneda norteamericana. Para ellos es una mera cuestión de flujos: menos dinero en USD por el taper y más dinero en otras monedas, desde el JPY o el EUR, por la elevada probabilidad de que sus bancos centrales acaben aumentando sus medidas expansivas. Lástima que el taper no significa dejar de inyectar USD al mercado como inyectar menos USD.
Con todo, yo también creo que la subida del USD responde a fundamentales: desde perspectivas de tipos al alza, mejora económica y menores riesgos fiscales/políticos en los próximos meses. Pero, dicho todo esto, también creo que las monedas europeas seguirán apreciadas frente a la moneda norteamericana en los próximos meses. Más allá de correcciones puntuales como las que vemos en estos momentos. El principal argumento para defender un EUR apreciado es, precisamente, el mayor interés desde los inversores financieros por la zona EUR. Y tengo la sensación de que el ECB no ve con malos ojos este interés. Al menos por el momento.
Dicho todo lo anterior, ¿les sorprende el comportamiento de las reservas de divisas de los bancos centrales durante el Q3 que ayer reportó el FMI? Probablemente: un aumento de 300 bn. en el Q3/Q2, +50 bn. en USD, +10 bn. en GBP, +4 bn. en JPY y +40 bn. en EUR.
Naturalmente, las cifras anteriores se refieren a las reservas sobre las que el FMI tiene información. Un 54.1 % del total. El resto, hasta un 45.9 %, corresponde a reservas de bancos centrales que no contribuyen a la estadística de la Institución. Y precisamente las que mayor crecimiento han registrado en el Q3: casi 200 bn. frente a los 120 bn. registrados. Extrapolando al total la distribución de las reservas por divisas de las que tenemos constancia, resultaría que las reservas en USD suponen el 61.4 % del total frente al 24.2 % en EUR . Y el resto: 3.9 % en Libras, 3.9 % en JPY , 0.3 % en CHF entre otras.
Por cierto, si eliminamos el efecto de la apreciación del EUR en la evolución de las reservas en el fondo podríamos llegar a la conclusión de que la subida del peso de la moneda europea no ha sido tal. Interesante, sin duda.