El petróleo llegó a su mayor ganancia semanal en 4 meses y en Wall Street cada día crece el sentimiento acerca de que el petróleo podría llegar a los 100 dólares el barril.
Y es que causas no faltan precisamente. Podríamos enumerar las inminentes sanciones de Estados Unidos sobre Irán que están reduciendo los niveles de suministro global y la incertidumbre de Venezuela. Es decir, las fuertes restricciones geopolíticas y la escasa capacidad de producción a nivel mundial.
Los gestores institucionales siguen incrementaron sus apuestas alcistas y quienes auguran ver pronto los 100 dólares son HSBC Holdings, Total, Trafigura, Mercuria Energy, Bank of America y JP Morgan. En el lado contrario estaría Goldman Sachs que no lo tiene tan claro y BP que es de la opinión que un repunte de los precios puede no ser sostenible a largo plazo debido al impacto negativo en la demanda de la actual guerra comercial entre USA y China.
El devenir del crudo es una cuestión que atañe a todo el mundo, no sólo a los inversores. Por ejemplo, un estudio dictaminó que un incremento de 10 euros en el barril de referencia en Europa (Brent) incrementaría la inflación en 0,4 puntos porcentuales en la Eurozona. Es un tema importante, ya que un petróleo más caro repercute en el precio final de muchos bienes y servicios.
El caso es que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) comenta que no tiene prisa por aumentar la producción para contrarrestar las pérdidas de producción en Irán y en otros lugares, lo que provocó las duras críticas del presidente Donald Trump.
Por tanto, quédense con la idea básica: la pérdida de suministro de crudo en Irán y la disminución de la producción en Venezuela pueden ayudar a que los precios vuelvan a niveles no vistos desde el año 2014. Mientras tanto, los inversores ahora están mirando para ver qué hará el presidente Trump después de que el secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, descartara la liberación de petróleo de la Reserva Estratégica diciendo que la medida tendría un impacto bastante menor y de corto plazo (recordemos que Trump acusó a la OPEP de estafar al resto del mundo después de que el grupo no llegara a prometer volúmenes adicionales de crudo).
Les dejo una declaración que realizó un broker en USA hace dos días: “todo el mundo está preocupado por la escasez de suministros en este momento y eso sigue impulsando los precios, pero viene la volatilidad, ya que todavía estamos esperando una respuesta adicional de USA”.
Los 80 dólares son un nivel para no tomarse a broma, puesto que el perjuicio para los consumidores ya supera al beneficio de los productores. Al menos, los efectos dañinos actualmente son menores respecto al pasado, ya que ahora la producción está más repartida y la economía necesita menos petróleo para producir bienes y servicios. El aporte de UBS es muy clarificador: hoy se necesita un 7% menos de petróleo para producir lo mismo que hace 10 años, si el Brent llegase a los 100 dólares por barril el crecimiento económico para 2019 caería hasta el 1,8% anual frente al 2% estimado con un petróleo en 70 dólares.
Se puede observar que tradicionalmente el precio Brent y el precio WTI iban de la mano. Pero desde el año 2011 esto cambió. ¿El motivo? la sobreproducción de USA y que las infraestructuras no estaban preparadas para almacenar y distribuir tanto, por lo que bajó su cotización. Ese es el motivo por el que desde ese año el crudo Brent ha sido siempre más caro que el WTI (salvo en muy pocas ocasiones muy concretas, como por ejemplo en la recta final del 2015).
Por cierto, con el precio del crudo subiendo, es poco probable que el Congreso de EE.UU apruebe nuevas sanciones a Rusia, incluidas las propuestas que afectarían sus proyectos de deuda soberana y energía, hasta después de las elecciones del 6 de noviembre.
El índice de volatilidad del petróleo Cboe / Nymex aumentó un 2,1 por ciento a finales de la semana pasada y es probable que las sanciones sobre el crudo iraní estimulen la volatilidad durante el resto del año.