Las bolsas de todo el mundo, al menos las principales, están corrigiendo en las últimas jornadas ante el nuevo escenario que se está planteando en los mercados. El giro alcista de las rentabilidades de los bonos, provoca que la renta variable pierda atractivo frente a la renta fija. Los gestores están ajustando sus carteras a este nuevo entorno traspasando parte de sus posiciones largas en acciones a bonos.
Dicho esto, lo que habría que preguntarse ahora es ¿cómo de profundo va a ser este cambio de ciclo, y cómo va a afectar al mercado de valores? Vamos a fijarnos en el reciente análisis que realizó Nicolás López de M&G A.V., uno de nuestros analistas de referencia, para intentar contestar a las preguntas anteriores:
¿Un ciclo diferente? El actual ciclo presenta similitudes y diferencias con los anteriores. La primera gran diferencia es que la Fed ha mantenido los tipos muy bajos hasta muchos años después del final de la recesión en 2009. La primera subida tuvo lugar en diciembre de 2015 y realmente a partir de diciembre de 2016 es cuando ha empezado el proceso para llevar los tipos de interés a su nivel “neutro”. Este proceso está siendo más lento que en otros ciclos y además el nivel que se considera “neutro” actualmente sería del orden del 3,0-3,5%. En principio este nivel se alcanzará a finales de 2019 cuando, siempre que el escenario de crecimiento e inflación no cambien, cabe esperar que la Fed ponga fin a las subidas de tipos.
En principio el comportamiento que cabe esperar de las rentabilidades a plazos más largos es que vayan subiendo en paralelo a las subidas de la Fed para mantenerse en niveles superiores. En este sentido el movimiento que se ha producido la semana pasada es el comportamiento lógico que cabe esperar si el mercado confía en la continuidad de la expansión de la economía en próximos años. Lo peligroso sería que ante la subida de los tipos de corto plazo los tipos a largo se mantuvieran en sus niveles actuales y la curva de tipos se invirtiera (tipos a largo inferiores a los tipos a corto) porque eso sería una señal de que el mercado anticipa un debilitamiento de la economía y una futura rebaja de los tipos de interés. En una fase expansiva normal estaríamos todavía en un momento relativamente temprano del ciclo. Cuando la Fed finalice su proceso de subidas a finales de 2019 estaríamos llegando a la fase intermedia del ciclo en que la economía puede en teoría mantener un crecimiento sostenido durante algunos años hasta que los desequilibrios propios de un fin de ciclo (inflación, déficit exterior, deuda, burbujas …) anticipan una nueva recesión.
¿Dónde estamos en Europa? Ahora mismo la situación en Europa se parece poco a la de EE.UU. La mejor comparación sería pensar que estamos como en EE.UU. a finales de 2014 cuando la Fed dio por finalizado el QE anunciando que hasta dentro de un año al menos no empezaría a subir los tipos de interés. En principio ese es el escenario del BCE pero el factor diferencial en Europa es que tanto el crecimiento de la economía como la inflación son bastante más bajos lo que implicaría que el tipo de interés “neutro” (Repo BCE) estaría más bien en el 1,5%-2,0%.
En todo caso, el riesgo principal en Europa es más bien un escenario a la japonesa con un crecimiento débil e inflación baja que impidan una normalización de la política monetaria durante bastante tiempo manteniendo un tono más bien gris en la Bolsas alternando fases de recuperación con recaídas. No es el escenario que vemos más probable pero sería la alternativa si en próximos meses no se consolida un ritmo de crecimiento económico estable en contra de lo que espera el BCE según sus últimos comunicados.
El antecedente histórico que más se puede parecer a la situación actual en cuanto a la situación de los tipos de interés sería el período de los años 50’-60’ del siglo pasado. Al igual que ahora la Fed mantuvo los tipos de interés muy bajos durante mucho tiempo. La rentabilidad del bono a 10 años empezó a subir por encima del 2% en 1951 y no superó de forma definitiva el 3% hasta 1959. Asumiendo que ahora nos encontremos en ese momento tendríamos todavía cerca de 10 años de fase expansiva (aunque hubo alguna recesión menor en el camino) hasta llegar al período de crisis de los años 70’. La Bolsa mantuvo la tendencia alcista durante esos años aunque con una rentabilidad media claramente inferior a la de la década precedente. La rentabilidad del bono a 10 años se estabilizó sobre el 4% durante varios años y fue cuando superó el 5% que empezó a impactar negativamente en el mercado bursátil.