Sí, una peligrosa y letal ruleta rusa. Esa es la Bolsa española. No hay seguridad jurídica. Los bajistas se están forrando a costa de todos los ahorradores españoles y nadie hace nada. Ayer, el Supremo dijo digo donde dijo Diego. El Tribunal Supremo ha cambiado de criterio. El banco, y no el cliente, es quien debe asumir el pago de los impuestos derivados de la constitución de una hipoteca. Su decisión supone un fuerte golpe a la banca. Moody's cifra el impacto en 4.000 millones de euros. Los despachos de abogados se frotan las manos, porque esta marcha atrás puede provocar un nuevo aluvión de demandas judiciales contra unos bancos que no levantan cabeza. En este juego peligroso, que ahuyenta a los inversores, nacionales y extranjeros, se fomenta la llegada de más fondos bajistas. Antes ya se han producido secuencias tragicómicas relacionadas con las medidas del Gobierno. Hoy atacan a las energéticas y mañana dicen lo contrario. Se escriben cifras presupuestarias sobre papel mojado y todo queda sumido en el caos. La desconfianza es absoluta.
Analizo con detenimiento varios fenómenos sucedidos en los últimos días en un amplio número de valores cotizados en la Bolsa española. Memorizo los precios de cierre y a continuación busco los precios máximos y mínimos marcados. Encuentro cadáveres por todas partes, por armarios y rincones. Hay desviaciones intradía propias del tiro en la sien, como los movimientos vividos en todos los chicharros.
La ruleta rusa es un juego letal cuya procedencia se desconoce. Se juega generalmente entre dos personas, el objetivo del juego es sobrevivir y así quedarse con todo el dinero o la especie de valor a jugar. Se inicia básicamente en una mesa. Uno de los dos o más jugadores tomará un revólver (puede ser de 6 u 8 balas) y abrirá el tambor. Acto seguido pondrá una o más balas dentro de éste. Luego, dicho jugador cerrará los ojos y girará el tambor al azar, cerrándolo rápidamente, de modo que ningún jugador sepa en cual orificio se encuentra dicha bala o balas. Una vez realizado ésto, el juego puede darse a inicio. Básicamente consiste en que, el jugador que cargó el revolver, le baje el seguro a éste y ponga la boca del cañón de dicha arma sobre una de sus sienes y apretará el gatillo sin desviar la boca del cañón de la sien.
En caso de que el primer jugador apriete el gatillo y ninguna bala salga disparada del revolver, éste sigue en juego, por otro lado, si la bala efectivamente estaba allí, lo más probable es que dicho jugador muera y quede literalmente fuera del juego.
Las masacres de la ruleta rusa no han terminado. Es una moda que acaba de comenzar en Bolsa española y en otras parcelas de la actividad económica, social y política.