Muchos inversores se preguntan qué les pasa a los bancos españoles. La respuesta es sencilla: sufren el temor al contagio de todo lo que está sucediendo en Italia, ya que los bancos españoles son los más expuestos de toda Europa (tras los italianos) en el sentido de que tienen en su poder mucha deuda del país transalpino.
Y es que no se puede descartar que algunos bancos italianos tengan que acudir a los mercados para conseguir capital si la prima de riesgo italiana supera un determinado nivel (los 400 puntos básicos). Y no olvidemos que les podría resultar complicado cubrir el déficit de capital debido a la gran cantidad de deuda pública que acumulan. Así pues, si la prima de riesgo supera los 400 puntos básicos de manera sostenible (y no puntualmente), los bancos se podrían ver obligados a incrementar su capital.
Pero aquí no acaba la cosa, el propio Banco de Italia ha comentado que si el valor de la deuda pública que tienen los bancos cae, podría reducir su capacidad para conceder créditos a la economía (la deuda pública representa, de media, el 10% de los activos totales de los bancos italianos).
olviendo a los bancos españoles, vuelvo a dejar los últimos datos de exposición de algunas entidades a la deuda italiana:
- BBVA: posee en cartera bonos por valor de 7.600 millones
- Sabadel: tiene 5900 millones de euros
- Bankia: en el primer semestre incrementó la tenencia hasta los 5.719 millones
- Liberbank: en el primer semestre se hizo con 2.527 millones.
Un hecho que la banca de la Eurozona está esperando como agua de mayo es la subida de tipos de interés por parte del BCE en torno al verano del 2019. Aunque el discurso oficial del BCE no ha variado, sí es cierto que existe ese 'run run' en los corrillos acerca de que el tema tal vez debiera de ser revisado, porque si lo de Italia no amaina y sigue su curso, se corre el riesgo de que el BCE pueda rectificar y aplazar sus medidas de política monetaria.
¿Y en qué punto está el pulso de Italia? La deuda pública del país se mantendrá en torno al 130% del Producto Interno Bruto, un nivel que hace que Italia sea vulnerable a futuras crisis internas o externas, en particular a un crecimiento económico más débil. El Gobierno apunta a un crecimiento de 1,5% en 2019, pero el consenso del mercado no le da más de un 1,1%.
Italia dispondrá de 3 meses para hacer los cambios en sus Presupuestos y volver a enviarlos. Si siguen empeñados en sus planes, podrían verse con una sanción económica elevada mediante el Procedimiento por Déficit Excesivo (pueden llegar incluso al al 0,2% del PIB).