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A los inversores nos encanta mentirnos a nosotros mismos

por Carlos Montero Hace 6 años
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Ayer publicábamos un artículo en el que se detallaba como había estudios de hace casi un siglo en los que se concluía que los analistas financieros simplemente no aciertan en sus predicciones de mercado. No al menos más que una recomendación hecha de forma aleatoria.  Y cuando se habla de analistas también se mete a los gestores profesionales o particulares, porque básicamente todo gestor es un analista que opera.  

Dicho esto, surge una pregunta, ¿por qué entonces seguimos pasando horas y horas analizando los mercados con el objetivo de ganar a los mercados? ¿por qué no simplemente operamos al azar teniendo en cuenta que los resultados serían muy similares? 

Las respuestas a estas preguntas las dio hace tiempo Jonathan Clements, elaborando una lista con las mentiras que los inversores se dicen así mismos para justiricar su comportamiento. Veamos: 

1. “Mi selección de valores ha sido óptima generando grandes beneficios” 

El precio de las acciones se ha multiplicado varias veces desde los mínimos de 2009 en EE.UU., y ha subido de forma importante en otros mercados internacionales. Cualquiera que hubiera sido nuestra selección de valores, o casi cualquiera, hubiéramos tenido importantes beneficios, pero nosotros atribuimos las ganancias a nuestra propia habilidad. 

Esto tiene un lado positivo: las personas que tienen confianza en sí mismas suelen ser más felices. El problema es que también tienden a operar demasiado y hacer grandes apuestas de inversión no diversificadas. 

Esta tendencia puede empeorar a media que las acciones suben más. Los inversores no sólo son más engreídos, sino que también creen que dominan completamente el “juego”. Están dispuestos a asumir más riesgos porque sienten como si fueran infalibles. 

2. “No es mi culpa” 

¿Qué pasa cuando nuestras inversiones no se mueven como preveíamos? En lugar de culparnos a nosotros mismos, culpamos a los demás. 

John Nofsinger, experto en la psicología de la inversión, afirma que “cuando nuestras carteras lo hacen bien es porque hemos tomado buenas decisiones. Pero cuando lo hacen mal la culpa es de los demás”. 

3. "No son más que pérdidas sobre el papel" 

Si compramos una acción a 10 dólares y cae a 8 dólares hemos perdido dinero, aunque muchos inversores no lo vean así. “La gente piensa que las pérdidas sobre el papel son diferentes de las pérdidas reales”, afirma Meir Statman, profesor de finanzas de la Universidad de Santa Clara en California. “Todavía hay una posibilidad de que las acciones suban”, añade. 

Y es cierto, pero el problema es que esta actitud nos predispone a dejar correr las pérdidas porque “mientras no vendamos no hemos perdido dinero realmente”. Es una de las tendencias que más daño hacen en las carteras de los inversores. Dejar correr las pérdidas y cortar las ganancias. 

4. “Lo compré para diversificar” 

Cuando una inversión no se comporta como esperábamos solemos reclasificarla mentalmente. Seguro que han escuchado aquello de “una inversión a largo es una inversión a corto que ha salido mal”. 

Si compramos un activo y se comporta de forma contraria a cómo esperábamos, en lugar de analizar las causas, tendemos a alargar el plazo de inversión, o utilizar excusas como la diversificación, cuando la razón inicial de compra no era esa. 

Debemos elaborar un plan de inversión con todos los posibles escenarios, y ajustarse a él sin modificarlo a no ser que haya razones fundadas para ello. 

5. "Esta vez me saldré antes del crash" 

En retrospectiva, los techos y los suelos del mercado parecen obvios, por lo que pensamos que los anticiparemos la próxima vez. Pero el techo del mercado alcista actual probablemente será tan turbio como el suelo del mercado bajista en marzo de 2009. 

“Ahora podemos ver porque se produjo el suelo del 2009. Pero en su momento no lo veíamos”, afirma Statman.  


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