"China, Japón, Europa, Estados Unidos, México, Turquía, Rusia, Argentina...Hemos leído en los últimos meses desastres económicos, políticos, sociales y populistas del uno al otro confín. Es la temida conjunción planetaria, que, según los astrólogos, determina una fuerza astral nueva. Puede ser buen o mala. Nadie está a salvo del revolcón o de los destrozos en las Bolsas y otros mercados. Las cosas se complican a velocidad de vértigo en un mundo global endeudado hasta las cejas y con los bancos centrales inflando burbujas por todas partes. Sabemos que el volumen total de deuda en el mundo ha marcado récord, pero no todos saben que la solvencia de esa deuda está disminuyendo. El movimiento FIRE tampoco tiene en cuenta lo sobrevaluado que está el mercado de valores en este momento, lo que significa que una reversión poderosa al mercado bajista es inevitable a medio plazo. Debemos apuntar en nuestras hojas de notas, que el mercado no va a volver a subir como lo hizo en 2009. Como muestra Jesse Colombo en el gráfico adjunto: nos quedamos sin líneas de vida.", me dice el CEO de una importante gestora que envía estos dos enlaces:
Vía Jesse ColomboCuenta
Ha escrito Óscar Rodríguez Graña | Funds People que algunas entidades están recomendando a sus clientes preparar sus carteras para una fase de mercado no tan favorable como la que hemos visto en los últimos años. Una de ellas es J.P.Morgan AM, quien por boca de Manuel Arroyo, director de Análisis y Estrategia para España y Portugal, reconocía que en la gestora estaban empezando a aconsejar a sus clientes preparar las carteras para un final de ciclo.
Sin embargo, la casa americana no es la única que está sintiendo esta necesidad. Otras también están lanzando mensajes de advertencia a sus clientes. La última en hacerlo ha sido Robeco, quien no se ha andado con rodeos y anima abiertamente a los inversores a “prepararse para las turbulencias que se avecinan”.
Según el economista jefe de la entidad, Léon Cornelissen, y Jeroen Blokland, responsable de la gestión de multiactivos de la firma holandesa, en 2019 el mercado presentará dos caras. “Por un lado, tendremos un crecimiento continuado, superior a la tendencia, en las economías desarrolladas, así como un crecimiento algo mejor en los mercados emergentes. Sin embargo, por el otro, se prevé que el brillante panorama económico se vea ensombrecido por la preocupación sobre el final del dilatado mercado alcista que venimos viviendo, la subida de los tipos de interés, las guerras comerciales, el posible sobrecalentamiento de la economía estadounidense y la inquietud en torno a Italia y el Brexit”, afirman.
En opinión de los expertos de la casa, “las cotizaciones seguramente suban antes de que las cosas empiecen a calentarse de verdad, por lo que tiene sentido comenzar a centrarse en las acciones con perfil más defensivo. Además de la renta variable de bajo riesgo, las acciones con valoración reducida, calidad elevada y buena rentabilidad por dividendos entrarían también en esta categoría. Tras casi un decenio registrando rentabilidades superiores a la media, la renta variable estadounidense se encuentra sobrevalorada, sobre todo en comparación con la de otras zonas. Esperamos que cambien las tornas, y que eso genere oportunidades de cara a 2019”, aseveran.
En el caso de J.P.Morgan AM, Karen Ward, estratega jefe de mercados de la gestora para EMEA, ha dado las siete pautas que –a su juicio- deben hacer aquellos inversores que quieran preparar sus carteras para el final del actual ciclo económico.
Éstas incluyen: 1) moverse hacia un posicionamiento neutral en renta variable, pero evitando las infraponderaciones; 2) mantener una diversificación regional a la hora de invertir en renta variable; 3) evitar sobreponderaciones en fondos que inviertan en empresas de pequeña y mediana capitalización; 4) reconsiderar la sobreponderación en fondos que inviertan en valores growth y añadir a la cartera productos que inviertan en acciones de calidad (quality) y value; 5) considerar la inversión en estrategias de renta fija flexible, que puedan moverse libremente a nivel regional, duración y riesgo; 6) mantenerse en liquidez como apostar por estrategias de renta fija de corta duración podrían ser un lastre y 7) valorar la inclusión en cartera de estrategias que presenten una baja correlación con los activos de riesgo.