El crecimiento económico de Gran Bretaña se ha desacelerado desde la votación Brexit de 2016, esto es una realidad. Después de 20 meses de negociaciones, los 27 líderes dieron su bendición al acuerdo tras una discusión de menos de una hora. Y por medio, mensajito del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker acerca de que cualquiera que pensara que el bloque podría ofrecer mejores términos si los parlamentarios rechazaban el acuerdo se vería decepcionada.
En principio, el Parlamento del Reino Unido votará sobre el acuerdo el 12 de diciembre, pero su aprobación está lejos de ser segura: el Partido Laborista, los Demócratas, el SNP, el DUP y muchos de los diputados conservadores están destinados a votar en contra.
Aunque no se quiere hablar mucho de vaticinios y demás cábalas, existen varios escenarios posibles si el Parlamento rechaza el acuerdo, incluida una extensión de las negociaciones u otro referéndum.
Se espera que Gran Bretaña abandone la UE en marzo, pero si el parlamento aprueba el acuerdo de salida, su relación comercial con el bloque permanecerá sin cambios al menos hasta finales de 2020. Ese período de transición podría extenderse hasta el final de 2022. Si Gran Bretaña abandona la UE en marzo sin acuerdo, la economía será un 5,5 por ciento más pequeña en el 2030 que bajo el paraguas de la UE. El impacto sería menor si Gran Bretaña permaneciera en una unión aduanera con la UE, lo que dejaría a la economía un 2,8 por ciento más pequeña en 2030.
Respecto a la relación de con España y Gibraltar, todo sigue igual. Era un “juego” en el que nadie gana, se mantiene el status quo, ya que España se supone que ha logrado que se cuenta con ella para cualquier tema de Gibraltar (cosa que siempre ha sido así, de manera que nada nuevo se ha logrado). La duda está en si ésto es realmente así, ya que muchos expertos en Derecho Internacional dicen que lo logrado por nuestro país es una cosa simbólica y que no tiene repercusión jurídica, digamos que vendría a ser un “prometo que más adelante prometeré”. Por tanto, cada una de las partes ha vendido a su país lo obtenido como un éxito, pero nada más lejos de la realidad, al menos por nuestra parte.
Cómo no, Trump también tenía que salir a relucir en este tema, aunque como actor de reparto. Resulta que dijo el lunes que el acuerdo del Brexit podría dificultar el comercio entre Washington y Londres. Claro, Theresa May salió enseguida para apagar el conato de incendio que se podía originar. Su reacción fue prosaica y efectiva: Gran Bretaña podrá lograr acuerdos comerciales con países como Estados Unidos después de que haya abandonado la Unión Europea, en realidad con países del resto del mundo
La libra esterlina subió el lunes después de que la Unión Europea sellase un acuerdo del Brexit, pero las ganancias de la moneda se vieron frenadas por las dudas sobre la posibilidad de que Theresa May obtuviera el acuerdo a través de un parlamento británico dividido. Durante las próximas dos semanas, la libra probablemente cotice con una mayor volatilidad. Los datos de posicionamiento sugieren que algunos fondos de cobertura empezaron a cerrar posiciones cortas en libras esterlinas la semana pasada, de hecho las posiciones cortas en la libra registraron su cuarto descenso semanal más grande en más de un año, según los datos de la CFTC.
En Wall Street estiman que en el caso de que por culpa del Parlamento británico no se alcance el ansiado acuerdo y finalmente, entre una cosa y otra, el divorcio sea sin sellar la paz, la libra podría caer a 1,20 en los siguientes meses a esa coyuntura, cosa delicada ya que estamos en 1,32.
Cada vez cobra más fuerza la tesis de que el Banco de Inglaterra tendrá que subir los tipos de interés más rápido de lo esperado por el mercado. Asumiendo que el Brexit pueda llegar a un acuerdo, las presiones inflacionistas pueden llevar los precios a niveles por encima de los esperados. De momento, el Banco de Inglaterra y el gobierno británico entregarán sus evaluaciones del impacto económico de Brexit el miércoles. Lo que sí hay que tener muy claro es lo que comentó ayer Carney, el gobernador del BoE: el impacto de abandonar el bloque sin un período de transición podría ser similar a la crisis petrolera de la década de 1970.
Observen en el siguiente gráfico de la libra frente al dólar cómo el patrón rectangular está actuando muy bien, cada vez que el precio toca la parte inferior o la superior (cuadrados verdes) el precio rebota con intensidad, dando validez al soporte y la resistencia (cuadrados azules). La tónica, en principio, es que hasta que no haya una noticia de relieve del Brexit y que sea oficial, el precio seguirá moviéndose dentro del rango rectangular.
Dentro del Ibex 35, hay varias cotizadas que tienen una exposición en Reino Unido a tener en cuenta. Son las siguientes:
Santander: Reino Unido es el tercer escalón dela cuenta de resultados por detrás de Brasil y España. A cierre de junio, la entidad logró 2.722 millones (un 6,5% menos que en el mismo periodo del año anterior).
Sabadell: en los seis primeros meses de 2018, la filial británica aportó 504,4 millones de euros, el 17,5% del total.
Telefónica: al cierre del primer semestre obtuvo ingresos por 3.223 millones de euros en Reino Unido.
Iberdrola: el segundo puesto del ranking por volumen es para Iberdrola con unos ingresos de 3.359 millones, el 19,1% del total.
IAG: ocupa el primer puesto. En los seis primeros meses la aerolínea facturó 3.658 millones de euros que representa el 32,64% de los ingresos.
Ferrovial: en el primer semestre del año cerca del 20% de la facturación de Ferrovial procedía de Reino Unido.