Cuando el presidente Trump se quitó la máscara y empezó a implementar, o intentar hacerlo, algunas de sus descabelladas promesas electorales, los inversores empezaron a temer que pudiera desestabilizar la economía global. De hecho, aún estamos con ese temor. La vuelta al proteccionismo económico ha tenido la primera consecuencia de una desaceleración notable en la economía china. Esta desaceleración se trasladará inevitablemente a las economías de la zona, y por extensión, a las economías de todo el mundo incluida la de EE.UU. 

Ahora bien, también está teniendo una derivada positiva. La Unión Europea se ha dado cuenta de repente, que no puede depender de un “aliado” tan inestable como el EE.UU. de Trump. Se están elaborando proyectos muy ambiciosos de mayor integración en la UE, como la elaboración de un presupuesto común, o incrementar el gasto militar, o intentar desafiar el monopolio del dólar. Esto es de especial importancia como señala el economista Guillermo Barba: 

En agosto pasado, Alemania hizo un llamado a Europa para liberarse del asfixiante sistema monetario y financiero de Estados Unidos, con la intención de fortalecer la autonomía del viejo continente ante un aliado que se ha vuelto “inestable” desde que Donald Trump asumió la presidencia de dicho país. 

Y, al parecer, ese llamado está cobrando la forma de una iniciativa que presentará la Comisión Europea para dar más relevancia al euro en los mercados de divisas y, sobre todo, en los contratos de energía. 

“Hay espacio para que el euro desarrolle aún más su papel global y alcance su potencial pleno, lo que refleja el peso político, económico y financiero de la zona del euro”, de acuerdo con un borrador de la iniciativa al que tuvo acceso Bloomberg, la cual sería presentada próximamente. 

Entre las medidas propuestas, se incluye el uso del euro como moneda en los contratos de energía acordados entre los estados miembros de la UE y terceros países, así como la creación de puntos de referencia de precios en euros para el petróleo crudo. 

Esta medida reducirá el riesgo de “interrupción del suministro de energía” debido a las acciones de “terceros países”, de acuerdo con otro memorándum. 

Cabe recordar que la administración de Trump dio marcha atrás en el acuerdo nuclear con Irán y le impuso sanciones económicas. Rusia también está cercado financieramente por Washington, lo que complica las transacciones denominadas en dólares con estos países. 

La Unión Europea es el primer importador neto de energía en el mundo y cada año hace compras netas por más de 300,000 millones de euros, por lo que tener acceso a los principales proveedores de petróleo y gas, como son Irán y Rusia, es vital para la seguridad nacional y energética de los países del bloque, y las sanciones de Trump obstaculizan este propósito. 

Muchas compañías internacionales han tenido que desistir de hacer negocios con Teherán, pero recientemente la petrolera francesa Total desafió a Trump y sus medidas y regresó a Irán, no sin antes tener el consentimiento del presidente francés, Emmanuel Macron, que se reunió en días previos con el ministro de relaciones exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif. 
La fijación de precios del petróleo en euros podría basarse en los campos de producción existentes en el Espacio Económico Europeo, o ajustarse a las propiedades físicas en un barril “típico” en la canasta de importación de petróleo crudo de la UE. 

Las propuestas también incluyen a organismos y mecanismos europeos para que aumenten su participación en la deuda denominada en euros y que brindan asistencia técnica a las empresas en África y los países vecinos de la UE, para que les ayuden a adoptar el euro como moneda de pago. 

Adicional a ello, el bloque trabaja en un sistema especial que permita hacer pagos inclusive por el petróleo iraní. Aunque esta solución no está exenta de riesgos, pues el Banco de Inversiones Europeos y los mercados financieros del viejo continente están expuestos al estadounidense y habría que calmar a los inversionistas que teman represalias de Norteamérica. 

No obstante, en Bruselas parecen decididos a desarrollar su mercado basado en euros, pues “ayudará a la economía de la UE y a las empresas a ser más independientes del dólar estadounidense.” 

La Unión Europea no es la única región que quiere esquivar el dólar. Turquía, China y Rusia están acumulando más oro para depender menos de las operaciones con el billete verde. Estos países tienen razones geopolíticas para protegerse contra el dólar, pero los inversionistas y el público en general también tienen motivos para recurrir al rey de los metales cuando ven que la expansión monetaria patrocinada por la Fed dará paso a otra gran crisis de deuda denominada en dólares. Esto no ocurrirá en el corto plazo, pero cuando llegue el día, el monopolio del dólar se va a tambalear. 

¿Qué divisa se convertirá primero en un retador aceptable para el dólar? ¿El oro, el euro o el yuan?