Seamos claros. El mayor temor de los inversores, aquello que les produce tal nivel de incertidumbre que han reducido sus posiciones en renta variable de forma sensible en los próximos meses, es básicamente que las principales economías del mundo entren en recesión.
Con esto no quiero decir que no les preocupe los conflictos comerciales entre EE.UU. y China. O que se inquieten por una salida sin acuerdo del Reino Unido de la Unión Europea. O que no miren con inquietud las revisiones a la baja de los resultados de algunas de las principales compañías del mundo. Todo ello les inquieta en la medida que puede acelerar la ralentización económica mundial, y por tanto, que incrementa la probabilidad de entrada en recesión.
Ahora bien, es normal que en los mercados financieros los inversores “se pasen de frenada”. Esto es lo que está pasando a juicio de algunos de los analistas con mayor nivel de acierto en recesiones pasadas. Entre ellos destacaríamos a Patrick Chovanec, estratega jefe de Silvercrest AM, quien cree que los inversores tendrán muchas recompensas si se arman de valor, e invierten en las bolsas en estos momentos, sobre todo en la de EE.UU. ¿La razón? Pues que sus canarios de minas de carbón siguen saludables por ahora.
Chovanec ha identificado nueve indicadores que históricamente han anticipado las recesiones económicas pasadas. Bien, pues la mayoría de estos indicadores no muestran señales de recesión futura. Veamos esa tabla:
“Las ansiedades que atraviesan los mercados en estos momentos son probablemente prematuras. Advertimos contra una desesperación excesiva, ya que históricamente, las mayores recompensas de los mercados a largo plazo se dan en escenarios como estos, y en aquellos inversores con el estómago suficiente para superar el ciclo”, afirma este analista.