Los temores sobre una inminente recesión en Estados Unidos que causó una intensa turbulencia en los mercados financieros en la recta final del pasado año, se han aliviado un poco. Los problemas que han atormentado a la economía mundial durante la última década (una fuerza laboral que envejece en muchas de las economías, un crecimiento débil de la productividad y escasez de la demanda mundial) no han desaparecido.
Eso ayuda a explicar por qué los salarios de los trabajadores estadounidenses han aumentado de manera relativamente lenta a pesar de una baja tasa de desempleo. Y es que las bajas tasas de crecimiento significa que la economía podría caer en una recesión más fácilmente, y las tasas de interés bajas significa que los bancos centrales se encontrarían con herramientas menos poderosas para aliviar el dolor en caso de una recesión.
Pero tranquilidad, el escenario que seguramente veremos no contempla una recesión en Estados Unidos en los próximos 12 meses, pero sí una desaceleración en el crecimiento este mismo año. La realidad es que la economía parece estar desacelerándose, ya que la dosis de estímulo de los recortes de impuestos de Trump se ha ido desvaneciendo poco a poco.
En el siguiente gráfico pueden ver la comparativa del crecimiento económico en USA por décadas.
Gráfico: New York Times
Es cierto que la economía del país probablemente reanudará su crecimiento ahora que el gobierno ha puesto punto y final al cierre parcial de la Administración, pero algunas cicatrices tardarán en curarse completamente. Interesante el dato que aporta S&P Global Ratings, que estima que la economía perdió 6 mil millones de dólares debido al cierre del Gobierno. Pero cuidado con lanzar las campanas al vuelo, Trump dejó muy clarito el domingo en una entrevista que tiene dudas de que el Congreso pueda llegar a un acuerdo sobre la financiación del muro fronterizo, alegando que la opción de un nuevo cierre del gobierno es real una vez finalice el plazo de tres semanas. Es más, Trump ha querido resaltar que usará sus poderes para declarar emergencia nacional el hecho de construir un muro a lo largo de la frontera sur si el Congreso no llega a un acuerdo en las próximas semanas.
Como no podía ser de otra manera, el principal asesor económico del presidente Trump, Larry Kudlow, dijo que la administración no está de acuerdo con las proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso sobre el coste final del cierre parcial del gobierno para la economía de los Estados Unidos, ya que no ve ninguna razón por la cual la economía del país no pueda seguir creciendo a una tasa del tres por ciento o más por año. La CBO dijo el lunes que el cierre parcial de cinco semanas del gobierno de los Estados Unidos finalmente costará a la economía 3 mil millones de dólares, aproximadamente el 0.02 por ciento del producto interno bruto anual.
Mientras, en Europa, el presidente del Banco Central, Mario Draghi dijo que si bien la economía de la zona euro se ve más sombría de lo previsto, no es lo suficientemente negativa como para justificar un apoyo monetario adicional y todavía tiene algo de confianza en la fortaleza subyacente de la economía. Es cierto que la entidad ya ha detenido su programa de compra de bonos y espera que las tasas de interés se mantengan en mínimos al menos hasta el verano, pero el mercado de opciones y otros indicadores apuntan a que habrá que esperar al 2020.
Gráfico: The Wall Street Journal
El indicador de confianza del consumidor para la zona euro se situó en -7.9 en enero y por encima del mínimo de dos años de diciembre en -8.3. La confianza del consumidor promedió -10.65 puntos desde 1985 hasta 2019, alcanzando un máximo histórico de -1.90 puntos en mayo de 2000 y un mínimo histórico de -24.40 puntos en marzo de 2009. La economía italiana probablemente cayó en recesión a finales de 2018, un destino que Alemania solo evitó por poco después de haber visto un crecimiento modesto en el cuarto trimestre. España se ha mantenido bien hasta ahora, con un pronóstico de crecimiento que superará el 2 por ciento este año.
Hablando de los mercados. Estos días se está hablando mucho de la pauta estacional del mes de enero. Y no es para menos, fíjense que por ejemplo, en el caso del Ibex 35, en más de un 65% de las ocasiones, el primer mes del año ha sentado las bases de lo que hará el resto del ejercicio, es decir, si enero terminaba en positivo, el año sería positivo. Desde que se creó el índice en 1987, únicamente en tres ocasiones no fue así (años 1995, 2009 y 2018). Sí, el último año no funcionó (en enero subió un 4% y terminó perdiendo un 15%). Pero bueno, es una pauta estacional, no un dogma, por lo que hay que aceptarlo como lo que es.
Los inversores aun no se fían. Muestra de ello es que el oro subió a un máximo de siete meses el martes, los inversores son muy cautelosos, con muchas incertidumbres por las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China, el Brexit y Huawei que está en el centro de la disputa. Sube un 11% desde el pasado mes de agosto, pero está un 30% por debajo de su techo del año 2011. Así pues, la confianza de los inversores por el oro sigue siendo fuerte, con las tenencias en fondos negociados en bolsa respaldados por lingotes en su nivel más alto desde abril de 2013. Además, el dólar estableció un nuevo mínimo de dos semanas y aumentó el atractivo de activos refugio como el yen japonés y el franco suizo.