Hasta hace relativamente poco, todo aquél que necesitaba de un préstamo de dinero tenia que acudir a las entidades bancarias tradicionales, casas de empeño o prestamistas particulares. Estas eran las únicas alternativas mediante las que se podía lograr un pequeño crédito. Aún así lo más común era que estas opciones no se ajustaran a las necesidades particulares de cada cliente pero frente a la falta de alternativas, los usuarios se veían obligados a asumir responsabilidades que ponían en peligro sus finanzas personales.
Afortunadamente, ahora la adquisición de dinero rápido es mucho más accesible, sencilla e inmediata. Es más el solicitante puede obtener un préstamo personalizado al 100% gracias en gran parte a los simuladores de crédito operativos en las páginas web de las distintas entidades financieras.
La respuesta es SÍ. Internet ha aumentado sus protocolos de seguridad de manera considerable en los últimos años. De hecho sus transacciones pueden considerarse igual de seguras o más a todas aquellas que puedan llevarse a cabo en un cajero tradicional. En realidad, las ventajas que ofrecen las vías de financiación en línea son superiores a las ofertadas por cualquier banco. Y es que, solicitando dinero en línea, la cuantía del préstamo demandado se deposita directamente en la cuenta bancaria de la que eres titular. En un cajero siempre se corre peligro de sufrir un robo o atraco.
No es de extrañar por consiguiente que los préstamos en línea vayan ganando adeptos. Todos nos estamos acostumbrando a pasos agigantados y cada vez con más frecuencia, a hacer uso de todos los servicios que pueden contratarse por Internet. Los préstamos en línea no son claro esta una excepción. La seguridad, confianza y sencillez que aportan las políticas de muchas empresas financieras han sido en gran parte, la clave.
Aún así, cada proveedor gestiona de forma independiente su sitio web. Es decir, la seguridad del mismo depende de cada compañía por lo que siempre pueden presentarse casos en los que las medidas de seguridad aportadas son insuficientes.
Sin duda es uno de los protocolos de seguridad más utilizados en Internet. Su uso permite encriptar la información personal, financiera y de contacto proporcionada por el cliente en los formularios de solicitud. De este modo, los datos quedan protegidos de acuerdo a la ley vigente y además ofrecen a todos los usuarios de la red una atención cercana, transparente y 100% segura. En definitiva, la seguridad de los préstamos en línea queda garantizada.
Una de las razones más comunes por las que muchos usuarios se han animado a pedir un préstamo personal vía Internet es por la confidencialidad y discreción de las entidades en línea. Tanto el anonimato como la protección de todas las referencias aportadas bajo la Ley 'Data Protection Act 1998' quedan garantizados.
¿Cómo puedo saber si un sitio hace uso o no de esta ley? Bien fácil. Puedes consultarlo en la pestaña de 'Términos y Condiciones' de la política de privacidad dispuesta en cada web mediante la que normalmente el cliente 'no está obligado a proporcionar sus datos personales' y tiene 'derecho a prohibir el uso de su información personal'. Aún así si se reconoce que el prestamista puede enviar los datos a sus socios para poder tramitar la solicitud del préstamo en línea. Uno de los casos más comunes en los que sucede esto es en el de los comparadores de crédito. En México, uno de los más conocidos es Credy.
La cercanía así como la atención personalizada frente a dudas o problemas personales que puedan surgir a lo largo del proceso de solicitud, disfrute o devolución del préstamo genera la tercera línea de confianza.
Y es precisamente por ello es por lo que todas las entidades financieras cuentan con distintas vías de comunicación:
En definitiva, solicitar un préstamo en línea es 100% seguro. Las nuevas firmas de crédito son confiables por lo que no hay que temer a la hora de pedir dinero rápido vía Internet y no hay mejor muestra que el conocer que más del 90% de los clientes suelen repetir por la buena experiencia proporcionada en la solicitud de un crédito por Internet.