El último discurso de la Directora Gerente del FMI se centra en la industria financiera. Y toma como punto de partida la última versión del clásico de Mary Poppins.
Una nueva versión de la película con nuevos personajes. Y uno de ellos es un villano que al final es derrotado por la magia. El villano es un “banquero”.
Lagarde se pregunta el porqué de este estereotipo. Al fin y al cabo, todos como sociedad somos conscientes de la labor de los bancos.
Una economía saludable requiere de un sector financiero que lo es y que resulta imprescindible para dar financiación y el mejor servicio a familias y empresas:
1. Ayudar a las familias a comprar una casa o a ahorrar para su jubilación
2. Ayudar a las empresas a obtener capital para hacer posible su crecimiento y que puedan generar empleo
3. Ayudar a todos a gestionar los riesgos y anticiparse a un futuro que, en mayor o menor medida, siempre es incierto
Esta dedicación de los bancos contrasta con el estereotipo de banquero malo.
¡Es la crisis financiera! Pero la crisis, es cierto que con origen financiero (y no de los bancos precisamente), se trasmutó con el tiempo en una crisis de confianza del Sistema. Aunque al final con el sector bancario como chivo expiatorio en el que depositar los problemas de otros agentes y de los sectores más cuestionados.
La Directora Gerente del FMI demanda a las entidades de crédito esfuerzos para ser más seguros, más sostenibles y éticamente sólidos. Y esto ya está ocurriendo. El sector financiero es una parte fundamental para conseguir mejor empleo, un crecimiento más sostenible y ecológico, y un mayor nivel de vida para todos. El sector financiero bancario refuerza su vinculación a los intereses a largo plazo de todos sus interlocutores: clientes, empleados, accionistas y la sociedad en general. La digitalización que demandan los clientes y la nueva competencia digital son también parte de esta transformación que experimenta el sector.
Tradición, disciplina y reglas claras… estos son los tres principios que propone la película frente al villano. Una labor realizada con dignidad y honestidad, pero también con corazón amable.
Naturalmente que los bancos tienen que moverse, como lo están haciendo. Pero todos como sociedad debemos valorar estos cambios y concienciarnos de la importancia del sector. Siempre mirando al futuro.