La función más elemental de los bancos consiste en tomar ahorros de las familias y empresas, canalizándolos hacia aquellos segmentos de la población que precisan financiación. La transformación de plazos, tomando depósitos a corto y prestando a medio plazo, constituye el eje sobre el que funciona una economía. La razón de ser de los bancos es financiar el crecimiento productivo y hacer posible los deseos y las necesidades de las familias.
Los últimos datos publicados por la EBA reflejan el importante peso que tiene la financiación a familias y empresas en el balance de nuestras entidades, por encima de la media europea y muy superior al del resto de los principales países de nuestro entorno.
Según los datos de la autoridad bancaria europea, los préstamos de los bancos españoles suponían el 65,8 % de sus activos frente al 63,3 % europeo.
El continuo ajuste de la deuda anterior por las familias españolas se ha visto acompañado por el fuerte aumento de la nueva financiación concedida, una financiación responsable y regulada de forma exigente por las autoridades, que hace posible el dinamismo mostrado por nuestra economía durante los últimos años.