El Banco de España publicó ayer sus reflexiones sobre la nueva ley de crédito inmobiliario. En opinión de la autoridad monetaria española, la nueva ley puede contribuir a reducir la inseguridad jurídica y la elevada litigiosidad actual que tanto perjudica el funcionamiento normal del mercado.

También la nueva norma podría favorecer la competencia en la financiación hipotecaria, aunque admite que los tipos de interés que existen en España están lejos de los niveles altos europeos e incluso en algunos segmentos están más cerca de la parte baja del rango observable.

Nuestros bancos han cumplido de forma eficiente y responsable con su papel de transmisores de la política monetaria excepcional ultra expansiva desarrollada durante la crisis por el BCE, enfocada siempre en facilitar las condiciones de financiación de familias y empresas.

Pero el Banco de España también advierte de los potenciales riesgos que la nueva norma puede generar, en términos de futura oferta y precio de las nuevas hipotecas.

La voluntad de los bancos es seguir ofreciendo el mejor servicio posible cumpliendo, como siempre han hecho, con la legislación y las normas existentes. La nueva norma mejora la clarificación y tramitación de hipotecas, otorga más seguridad al mercado y potencia el sistema de información pero, sobre todo, es una ley que tiende a proteger al consumidor y cabe considerar que blinde a los bancos y a sus clientes de decisiones judiciales dispares y muchas veces inconsistentes entre sí, con lo que, a la postre, se debería reducir el número de litigios.