No ha funcionado bien , al menos en el corto plazo, nuestra propuesta de la semana pasada de esperar a recortes para entrar en la banca europea, ya que hemos visto fortísimas subidas de todos los Bancos europeos esta última semana (por citar un ejemplo, el Santander ha subido el 7,4% en las cinco últimas sesiones). Tampoco ha sido muy afortunada a corto plazo la idea de hace dos semanas de esperar para entrar en la Bolsa china ya que el Shanghai Composite ha subido un 1,75% la última semana situándose de nuevo por encima de los 3.000 puntos. No obstante, pese a la euforia reinante, o precisamente por ella, esperaríamos con paciencia a recortes, en ambos casos, para tomar posiciones largas.
Pero sin duda el liderazgo de las subidas de esta última semana lo han llevado de nuevo las grandes tecnológicas, con un alza semanal del Nasdaq 100 cercana al 4% que sitúa su rentabilidad acumulada anual en el 15,9% superando ya con creces las caídas de 2018.
Las grandes tecnológicas han retomado así el liderazgo de la Bolsa americana, con fuertes revalorizaciones semanales de Apple, Amazon, Alphabet, Netflix y Microsoft, aunque en esta ocasión no se ha podido unir a las alzas Facebook, que es precisamente la letra inicial del acrónimo FAANG.
Es curioso que esas subidas hayan coincidido en el tiempo con propuestas cada vez más insistentes por parte de algunos políticos de obligar a las grandes tecnológicas a dividir sus negocios, reduciendo su tamaño y su posición de dominio en los mercados, y evitando potenciales prácticas anti competencia. En particular Elisabeth Warren, que se postula como candidata demócrata a las presidenciales americanas de 2020, ha hecho bandera de esta propuesta, que considera imprescindible para que la economía de mercado funcione debidamente. Algo que seguramente comparte el CEO de Spotify, que ha denunciado a Apple ante la Comisión Europea por presuntas malas prácticas en su App Store.
Las grandes tecnológicas parecen ajenas a estas críticas y, como decíamos, han vuelto a liderar las alzas en las Bolsas americanas, aunque todavía en general, y con la excepción de Microsoft, sus cotizaciones están por debajo de los máximos del pasado año.
¿Es sostenible esta nueva tendencia alcista de las grandes tecnológicas? No nos atrevemos a dar una respuesta a esta pregunta, ya que por un lado la enorme capacidad de innovación de estas compañías nos llevaría a pensar en un alza sin límites de su valor, pero, por otro lado, sabemos bien que les acechan numerosos desafíos, algunos de ellos regulatorios, cuya superación no es fácil.
Un ejemplo de esos enormes desafíos lo tenemos en Facebook, que tras una subida fulgurante en enero y febrero, está sufriendo muchos problemas estos últimos días. A la fuga de dos ejecutivos importantes la semana pasada, se ha unido la investigación abierta por el Departamento de Justicia americano para analizar si Facebook ha podido comercializar indebidamente datos de sus miembros, y, finalmente, la retransmisión en directo del trágico atentado en Nueva Zelanda, permitiendo la red social que se viese en tiempo real como un terrorista disparaba de forma indiscriminada contra una multitud de personas.
La polémica hoy afecta a Facebook pero mañana podría afectar a alguna otra de las grandes tecnológicas. Por ello nos parece interesante ver los gráficos comparativos del Nasdaq 100 y de Facebook. En ellos se ve como Facebook anticipó claramente, en julio de 2018 la caída que luego experimentó en octubre el Nasdaq 100.
¿Volverá a ser también así esta vez? No lo sabemos y es muy pronto para responder a esa pregunta pero, a la vista del Gráfico, tiene sentido recordar que el pasado año los movimientos de Facebook anticiparon los de otras tecnológicas.