Tanto el tipo de interés del bono del Tesoro americano a diez años (T bond) como el del Tesoro alemán a diez años (bund), al que dedicábamos nuestro último gráfico semanal, han seguido cayendo la última semana de marzo, y cerraron el pasado viernes respectivamente en el 2,4% y en el -0,07% en medio de la caída generalizada de los tipos de interés, provocada por el giro de la Fed hacia una política monetaria decididamente acomodaticia (dovish).
Esa caída de tipos ha llevado a las Bolsas a cerrar un magnífico primer trimestre, el mejor para el S&P desde 1999. En ese contexto el Eurostoxx 50 ha subido un 11,7% en el primer trimestre recuperando así prácticamente todo lo perdido en el cuarto trimestre del pasado año.
Pero no todos los componentes del selectivo europeo han acompañado al índice en esa espectacular subida. Entre los que no lo han hecho figura, de forma muy relevante, la farmacéutica alemana Bayer.
La nueva oleada de litigios por los presuntos efectos cancerígenos de algunos de los productos de su mega adquisición del pasado año, el gigante agroquímico Monsanto, así como algunos fracasos a la hora de sacar adelante las autorizaciones necesarias para comercializar sus nuevos fármacos, han llevado a las acciones de Bayer a perder en el mes de marzo un 18% y en el conjunto del primer trimestre un 4,9%, cerrando el viernes pasado a 57,6 euros por acción, tras haber tocado los 55 euros en algunos momentos de la semana.
Esa caída no es sino una continuación de la del pasado año 2018, en el que Bayer fue el peor valor del Eurostoxx cayendo más de un 40% en el año. Como se puede ver en el Gráfico (línea azul) la cotización de Bayer ha caído más del 50% desde principios de 2017 hasta hoy. En ese mismo periodo el Eurostoxx ha perdido tan solo un 5%, y tal y como se aprecia al final del Gráfico adjunto, la brecha se amplía de forma notable este último mes de marzo, en el que Bayer baja, como ya hemos dicho, un 18% mientras que el Eurostoxx sube el 1,6%.
¿Es el desplome de Bayer una oportunidad de compra?
Los números fríos invitan a comprar, sobre todo en términos comparativos. Tras la caída, el PER estimado de Bayer para este año apenas supera las ocho veces beneficios, muy por debajo no solo del PER medio de las acciones europeas sino también del de otras farmacéuticas y su rentabilidad por dividendo está ya en el entorno del 5%.
No queremos quitar importancia a los problemas a los que se enfrenta Bayer, sin duda complejos, pero a la vista de estos números, y confiando en la capacidad del equipo gestor para resolver satisfactoriamente esos problemas, tal vez comprar en los niveles actuales tenga sentido para perfiles de inversión muy tolerantes al riesgo y sabiendo que se pueden sufrir pérdidas elevadas a cambio, eso sí de obtener jugosos beneficios.