¿Cuántas veces han escuchado lo de qué una cartera de valores tiene que estar correctamente diversificada? Supongo que muchas. Pues bien, los grandes gestores financieros de la historia creen que la diversificación es “para idiotas”. Eso es lo que afirma el analista y gestor financiero Mark Cuban en un reciente estudio sobre este hecho. "La diversificación es para idiotas". Warren Buffett hizo muchas apuestas concentradas a lo largo de su carrera de inversión. El ejemplo más famoso es American Express. Después del escándalo del aceite de ensalada en la década de 1960, las acciones de American Express se desplomaron. La mayoría de los inversores pensaron que el escándalo del aceite dejaría a American Express fuera del negocio y las acciones cayeron.
Buffett se dio cuenta de que American Express sobreviviría y descubrió que era una franquicia fantástica. Movió un sorprendente 40% de los activos de la sociedad a American Express, llevando los rendimientos de la sociedad de excelentes a extraordinarios. Buffett repetidamente hizo apuestas concentradas a lo largo de su carrera cuando tenía convicción. Asumió posiciones significativas y concentradas en compañías como GEICO y Coca Cola.
Buffett dijo esto sobre la diversificación:
“La diversificación es la protección contra la ignorancia. Tiene poco sentido si sabes lo que estás haciendo ".
Munger añadió:
“Toda la idea de la diversificación cuando se busca la excelencia es totalmente ridícula. No funciona, es una tarea imposible ".
Debido a que la inversión de valor ha llegado a significar lo que Warren Buffett y Charlie Munger dicen que se supone que significa, la mayoría de los inversores valor toman en serio sus consejos y hacen grandes y valientes apuestas en sus "mejores" ideas.
“Pero la concentración tiene un lado oscuro”, afirman los analistas de Value Stock Geek, y añaden: La concentración funciona, hasta que deja de hacerlo. Leyendas de los mercados como Bill Ackman obtuvieron impresionantes rendimientos al concentrarse en sus mejores ideas de inversión. Esto funcionó hasta que esas mejores fueron Valeant, o ponerse corto en Herbalife.
La concentración también funcionó para gestores como Joel Greenblatt, cuyos primeros fondos de cobertura utilizaron carteras extremadamente concentradas en sus mejores ideas, o a Ben Graham, que recomendó tener 30 acciones como mucho en las carteras. En este punto señalar que las investigaciones muestran que una cartera ideal debería tener entre 20 y 30 acciones.
Pero volvamos a las palabras de Buffett: “La diversificación es la protección contra la ignorancia”. Si reflexionamos un poco sobre esta afirmación la veremos bastante obvia. Evidentemente, si tuviéramos los medios y el conocimiento para saber con alto grado de certidumbre que un valor está infravalorado y que es altamente probable que a un precio dado obtengamos rentabilidades significativas, lo inteligente sería tomar fuertes posiciones en ese valor. La pregunta es, ¿quién en el mercado tiene esos medios y conocimientos? No mucho les aseguro.
Mi consejo, después de cerca de cuatro décadas en los mercados financieros, es que el inversor promedio sí necesita un determinado nivel de diversificación. Por muy seguro que se encuentre de la “ganga” que supone un valor, nunca debe tomar una participación tal que haga que su supervivencia en los mercados peligre en caso de que esa operación salga mal. No tengo dedos en las manos para enumerar la cantidad de “gangas” de mercado que se han convertido en un “bluf” de mercado.