El 10 % de las familias más ricas en USA recibe el 50 % de los ingresos, con datos de 2012.
Si hablamos de los países de la OCDE, el nivel de desigualdad medido por el coeficiente de Gini ha crecido en los últimos 3 años hasta 2010 más que la subida experimentada en los 12 últimos ejercicios.
¿Cuestión de la Crisis? Lamentablemente esto no es del todo cierto.
El FMI ha publicado de forma reciente varias notas de análisis sobre la preocupante tendencia anterior. En su opinión, hay un factor que ayuda a explicar buena parte del desarrollo anterior: el avance tecnológico, de forma que la demanda de trabajadores altamente cualificados en los países desarrollados se ha incrementado cuando la propia internacionalización ha descentralizado el resto hacia los países en desarrollo. La formación se ha convertido en un factor cada vez más determinante de las diferencias en la distribución de la renta.
Pero, esto es lo más interesante de la investigación, hay otros dos determinantes inesperados de este Proceso: la liberalización de los mercados de capitales y apertura internacional; la consolidación fiscal.
Miren este gráfico…..
La apertura de la cuenta de capital es seguida por aumentos en la desigualdad, con aumentos del coeficiente de Gini del 1 % el primer año a la liberalización y por encima del 2 % en el siguiente.
¿Por qué? Desde el trabajo cualificado que demandan las compañías con presencia exterior o con financiación externa.
¿Y el proceso de consolidación fiscal? El descenso en el déficit fiscal se ha traducido, desde la experiencia histórica, en un aumento del 0.2 % en dos años en el coeficiente de Gini y en más de 1 % en los ocho siguientes ejercicios.
Pero, ¿hasta qué punto son los ajustes fiscales o la propia recesión/desaceleración económica que suele acompañarla?.
Pero, lo cierto es que tanto la liberalización del mercado de capital como los ajustes fiscales son imprescindibles para propiciar un aumento del crecimiento potencial, mayor y sostenido en el tiempo. Pensemos en los menores costes de capital, la importación de tecnología. La mayor confianza y sostenibilidad de las finanzas públicas. Por otro lado, es innegable que el aumento de la desigualdad social se convierte en un potencial problema, que a la larga afectará a los beneficios conseguidos con las medidas estructurales y fiscales que en cierta medida la propician. Es tarea de los Gobiernos hacer compatibles las reformas estructurales con combatir los efectos perniciosos en la distribución de la renta. Y pienso precisamente tanto en los impuestos y protección social como en la educación.