El bitcoin, al que dedicábamos nuestra sección la semana pasada, ha tenido una semana anodina, oscilando en una banda estrecha muy cerca de los 8.000 dólares , pero el fin de semana ha vuelto a dar un salto hasta cerca de los 8.700 dólares. Una muestra más de la alta volatilidad del bitcoin, que es precisamente, a nuestro juicio, lo que impide que la criptomoneda por excelencia pueda ser utilizada como medio de pago en las transacciones ordinarias.
Esa fortaleza del bitcoin ha contrastado esta última semana con la debilidad de las tecnológicas, afectadas por la nueva dimensión que ha tomado el conflicto entre EE.UU. y China. De la guerra de aranceles se ha pasado, sin solución de continuidad, a la guerra tecnológica, y Trump ha decidido como primera medida vetar a ciertas compañías chinas, la más significativa Huawei, para tener relaciones comerciales y empresariales con EEUU.
La escalada tecnológica está pasando factura a las compañías americanas del sector, ante el temor a represalias por parte de China. La sensación es que, en una guerra abierta, al final todos acabarán perdiendo algo. El Nasdaq ha sido el peor índice americano de la semana pasada, con un recorte del 2,3% en la semana, y acumulando una caída del 6,25% en las cuatro últimas semanas.
Podría parecer un gran descenso, pero, sin embargo, si lo ponemos en perspectiva, la realidad es que se trata, por el momento, de una corrección más bien moderada en relación con la subida previa. El Gráfico que adjuntamos muestra como el Nasdaq 100, que desde la elección de Trump en noviembre de 2016 ha subido un 50%, acumula este año un alza de más del 15% y se encuentra, tras el recorte, relativamente cerca de los máximos históricos de todos los tiempos, que alcanzó a principios de abril.
¿Por qué están tan "tranquilos" los inversores? Seguramente porque piensan que al final habrá acuerdo y todo se arreglará. Es decir, porque no descuentan un escenario de guerra total y prolongada.
Las tecnológicas son las empresas que están modelando el futuro, y siempre hay que tenerlas en el punto de mira. Pero, en este momento, tras las fortísimas subidas del primer cuatrimestre del año, y ante la posibilidad de que la guerra con China se prolongue, preferiríamos situarnos al lado del mercado, esperando más bien a niveles del Nasdaq 100 entre los 6.000 y los 6.500 puntos para tomar posiciones largas.