"Vuelve la ofensiva contra los bancos. La demonización del sector alcanza nivel récord, pese a la persistencia de sus cuidadores por lavar la imagen y levantar el césped del jardín en busca del algún muerto. Los armarios se limpian, se venden créditos y viviendas a precios de saldo, pero el mercado desconfía, animado por autoridades como el BCE o el señor de Guindos, que destacan que los tipos cero o negativos no son los culpables de la escasa rentabilidad del sector. Es un fenómeno casi global. Por ejemplo, el beneficio neto agregado de los bancos regionales japoneses cayó un 21 % en el año terminado en marzo de 2019, el tercer año consecutivo de caída. Todos los bancos en Japón están reduciendo costos, que es como sacar agua de un trapo seco. A su vez, en Alemania el paisaje bancario fragmentado está empeorando. Los 5 bancos más grandes manejan solo el 29 % de los activos totales. Pero a diferencia de otros países, donde los bancos más grandes ganan participación de mercado, los principales prestamistas alemanes vieron disminuir su escala de confianza en los últimos 4 años. (Vean gráficos a través de BBG)", me dice el analista jefe de un banco de inversión, que añade:
"Esto significa que sobran bancos en medio mundo y en el otro, también. Que los fondos de capital riesgo y la banca en la sombra está haciendo más daño de lo previsto. Que las famosas FAANG ya han puesto en marcha sus mecanismos financieros con sus clientes en una banca paralela sin regular..."
"Significa, también, que la banca ha reaccionado tarde a las amenazas, que eran patentes desde hace tiempo y que la tecnología extrabancaria va más rápida, que la que impulsan los propios bancos..."
"Sobran empleados, sobran oficinas y sobra, por supuesto, regulación. Falta regulación para los nuevos actores, que pueden desencadenar una nueva gran crisis financiera global. La banca tradicional está bajo control. Las FAANG, totalmente descontroladas..."
"¿Nuevas tecnologías? Por supuesto. Cada vez vamos menos a las oficinas. Pero también hay que poner ojo avizor. Los riesgos están en la confidencialidad, en los ataques informáticos, en la complicación de un mundo, que aún no sabe por dónde está el camino más rápido, pero, también, más seguro..."