No fue mala del todo la recomendación que en nuestro último Gráfico semanal de comprar acciones de Gestamp, ya que en las cinco últimas sesiones han subido más de un 15%, al haber hecho el mercado efectivamente, tal y como pensábamos, una segunda lectura de las cifras presentadas por la compañía el viernes uno de noviembre.
Seguimos recomendando Gestamp incluso después de la subida, por su calidad de gestión y su capacidad para navegar por aguas complicadas, como son las que se presentan en el sector del automóvil y en la economía en general, así como por su atractivo precio tras un severo recorte los dos últimos años, que ha llevado su cotización a la mitad desde los máximos. Una situación que no es habitual en las empresas cotizadas, sobre todo las americanas, que están en máximos, movidas esencialmente por la abundante liquidez y los bajos tipos de interés.
Pero ¿ha llegado a su fin la bajada de tipos? ¿Hemos visto ya los mínimos? El gráfico adjunto muestra la evolución de los futuros del bono alemán a diez años (el bund, en rojo) y de su equivalente en el Tesoro americano, el T bond, y en él se puede apreciar como a partir de los máximos (en precio, es decir de los mínimos en tipos de interés) del pasado agosto, el tipo de ambos bonos ha indicado una subida que se ha prolongado, de momento, hasta el pasado viernes.
Así, el tipo del bono del Tesoro americano a diez años ha pasado desde los mínimos de 1,50% que marcó a fin de agosto hasta el 1,945% al que cerró el viernes pasado. En el caso del bund alemán el repunte de tipos ha sido incluso mayor, en términos porcentuales, al haber pasado del -0,72% de fin de agosto al -0,26% del pasado viernes.
No deja de ser curioso que esa subida de los tipos de largo plazo se haya producido en un periodo en el que la Fed ha bajado los tipos dos veces, el 18 de septiembre y el 30 de octubre, y en el que el BCE también bajó los tipos el 12 de septiembre. Ambos Bancos Centrales, además, han vuelto, ante la debilidad económica (el crecimiento del PIB americano ha caído por debajo del 2% en el tercer trimestre y Alemania amenaza recesión) a la recompra de bonos, lo cual debería hacer bajar los tipos de los bonos.
¿Por qué, entonces, suben los tipos?
Una explicación sería que los mercados de bonos esperan un repunte del crecimiento y de la inflación a partir del 2020, y se están anticipando. Otra justificación de esa subida sería que los inversores creen que los tipos han tocado suelo el pasado agosto. Es decir, que a lo mejor no suben, pero que a partir de ahora tampoco van a bajar más, y que por tanto es razonable invertir en bonos largos a estos niveles si realmente viene una larga etapa de crecimiento mediocre e inflación muy baja. Una tercera explicación sería pensar que estamos ante un rebote técnico de los tipos, para luego volver a caer incluso por debajo de los niveles de agosto pasado.
En línea con esta tercera explicación, ha habido ya periodos anteriores en los que los tipos de los bonos han repuntado para luego volver a caer todavía con más fuerza. Así, sucedió tanto en el 2013 como en el 2017 y 2018, cuando vimos repuntes de los tipos de interés nominales significativos que luego resultaron ser transitorios. Recordemos que el minicrash de Wall Street de febrero de 2018 se produjo, precisamente, porque el tipo de T bond superó el 3% y se temía que siguiera subiendo. Pero en ambos casos se trataba de una falsa alarma, la economía no despegó y los tipos volvieron a caer.
¿Qué va a pasar ahora? Es pronto para saber si el repunte de tipos largos es solo un rebote pasajero o va en serio, pero sin duda una vez más los bonos están lanzando mensajes y esos mensajes nos mueven a seguir muy alejados de la inversión en bonos del Tesoro europeos o americanos en plazos largos.