La buena racha bursátil de las cadenas minoristas americanas, a dos de cuyas principales representantes, Walmart y JC Penney, dedicábamos esta sección la semana pasada, ha continuado esta última semana tras publicar cifras Target, Nordstrom, Gap, Lowe's y otras compañías del sector.
Una buena racha que tiene mucho que ver con el espectacular desplome de la volatilidad que refleja el Gráfico adjunto, de los futuros del Vix. El Vix mide la volatilidad del S&P, que es el índice bursátil más importante del mundo, y es considerado por muchos como el indicador principal del miedo o de la complacencia de los inversores.
A la vista del Gráfico está claro cuál es el estado de ánimo en las Bolsas a pocas semanas de finalizar este año 2019, que ha sorprendido incluso a los más optimistas por la fuerza y la continuidad de la subida bursátil a lo largo de todo el año. Solo hubo un pequeño amago de recorte en mayo y otro aún más pequeño en la primera quincena de agosto. El resto del año todo ha sido subir, a pesar de las cada vez más claras señales de desaceleración económica, y a pesar de que las compañías han reportado beneficios algo inferiores a los del pasado año.
La caída del Vix a partir de principios de octubre, hasta perder el nivel 15 al cierre del pasado viernes, muestra el optimismo de los inversores y su ausencia total de sensación de riesgo.
Si mirásemos en un plazo más largo el comportamiento del Vix veríamos que en los últimos años ha habido periodos prolongados de baja volatilidad salpicados, de vez en cuando, con fuertes subidas del Vix, como las que vimos en febrero y en diciembre de 2018, o en mayo y en agosto de este año 2019.
Ese comportamiento pone de manifiesto la enorme dificultad de gestionar inversiones en el contexto actual de tipos negativos y cotizaciones muy altas en muchas categorías de activos. Es difícil explicar a los inversores, cuando llegan fuertes sacudidas de los mercados como las de ahora hace un año, por qué lo que antes parecía estar tranquilo de pronto se vuelve movedizo y por qué activos que parecían muy buenos de repente se desploman de forma vertical.
Probablemente, sin embargo, los inversores tendrán que acostumbrarse a este tipo de comportamiento de la volatilidad, y tratar de convivir con él. De momento el Vix está de nuevo muy bajo y no hay nada que parezca poder inquietar a unos mercados acostumbrados a que al final los precios siempre rebotan al alza. Pero si llegase algún momento de intensa volatilidad nadie debería extrañarse ya que hay muchos motivos latentes para activarla.
Nos parece poco arriesgado comprar volatilidad a estos precios, y una forma de hacerlo es comprar opciones, cuyo precio baja al bajar la volatilidad. Otra forma, más directa, es comprar futuros del Vix.