Decíamos la semana pasada, al referirnos a la libra, que, pese a la euforia desatada por el resultado de las elecciones inglesas, que había hecho subir fuertemente la libra en relación con el dólar, la vuelta a los niveles de 1,50 dólares por libra no iba a ser nada fácil.
Efectivamente esta semana la libra ha retrocedido desde los 1,33 dólares por libra del viernes anterior hasta los 1,2997 a los que cerró la semana pasada. La sombra de un posible Brexit "duro" que ha revivido Boris Johnson, ha sido, en parte, responsable de esa caída de la libra. Seguimos pensando que la libra puede estabilizarse en una banda entre 1,25 y 1,35 dólares por libra, banda en la que normalmente debería estar una larga temporada, y por tanto, en línea con nuestra recomendación del pasado lunes, tomaríamos posiciones gradualmente en la libra a medida que se deslice hacia la parte baja de esa banda.
La fortaleza del dólar en parte tiene que ver con la fascinación que sobre los inversores ejercen las Bolsas americanas, que no paran de batir cada día nuevos récords históricos y que parecen haber entrado en un paroxismo alcista sin límites.
Una imagen muy expresiva de esa fascinación la da el Gráfico adjunto, que refleja la evolución intradiaria del S&P en la sesión de cierre semanal del pasado viernes. Tal y como se ve en el Gráfico, la cotización se dispara de forma muy vertical al final de la sesión, como si los inversores temieran perder realmente la última oportunidad de comprar el S&P.
El motivo de esa subida vertical de última hora parece que fue, el pasado viernes, un nuevo tuit de Trump manifestando que había tenido una charla "muy buena" con Xi Jinping. Pero realmente eso es lo de menos, lo relevante de verdad es que la liquidez abundante, esta vez suministrada por la QE4 en el mercado de "repos", ha convencido a todo el mundo de que no hay quien pare la subida bursátil.
Pocas imágenes reflejan mejor que esta el llamado "pánico alcista", que los analistas americanos describen bajo el acrónimo FOMO, "fear of missing out", miedo a quedarse fuera. La fascinación por la subida bursátil es tal que ya ningún analista se atreve a mencionar una sola razón por la que las Bolsas americanas podrían romper su extraordinaria racha alcista.
Tal vez esa sea precisamente la mayor razón para no sumarse a las compras ante estas subidas tan verticales. Es más, para quienes tengan capacidad de tomar algo de riesgo y de ir en contra del "pensamientoúnico", la compra de opciones put sobre el S&P parece una alternativa interesante en términos de coste/beneficio.