En la comida de Navidad que compartí con unos buenos amigos, uno de ellos profesor de economía en una Universidad Madrileña, comentó que uno de sus alumnos al ser preguntado sobre los deseos para 2020 contestó: "Hacerme rico en el menor tiempo posible". "Es un objetivo válido como otro cualquiera, pero lo que me sorprendió fue la rotundidad con que hizo la afirmación, impropia de un joven de a penas 19 años", añadió mi amigo. Sobre el hecho de "hacerse rico lo antes posible", deseo tan extendido en la sociedad actual, el economista Guillermo Barba hace varias consideraciones:
En el mundo de las inversiones, la mayoría tenemos un propósito: volvernos “ricos”. Se trata de una meta entendible, pero al mismo tiempo muy subjetiva, ya que no hay una sola definición válida para todos de lo que significa “ser rico”, y en todo caso, los grados de riqueza varían.
El problema no para ahí, pues además también se utilizan los términos “en el menor tiempo posible” que también es algo relativo, ya que puede ir desde unos cuantos días a largos años o décadas.
No voy a referirme aquí a las personas que reciben como herencia, premio o donativo su riqueza -algo que es totalmente válido y legítimo en respeto a la propiedad privada de quien traspasa el dominio de sus bienes-, sino a quienes buscan construir un patrimonio en el camino de la vida a través de su actividad económica.
En este sentido, una cosa es segura: la única vía legítima para volverse rico es a través del comercio, y esto, es válido para personas o naciones enteras. El comercio enriquece, y la falta de este, empobrece.
La razón es sencilla: el intercambio justo tiene como piedra angular la propiedad privada. Esta, es la institución social responsable de que haya un incentivo real para la creatividad, la generación y la acumulación de valor: la apropiación de la ganancia.
Donde no se permite acumular ganancias legítimamente obtenidas mediante la actividad económica, no hay propiedad privada, no hay comercio libre, no hay empresas, no hay generación de valor ni crecimiento económico. Es el desastre de la miseria.
Ahora bien, el principio fundamental del comercio exitoso es: “compra barato y vende caro”, que si reflexiona un poco, es el mismo principio en el que se basan las decisiones exitosas de inversión.
El comercio pues, no es otra cosa que inversión, y hay en todo momento algo de lo que nunca pueden separarse: el riesgo. ¿Por qué? Porque nada ni nadie puede asegurarnos que lo que compremos barato lo podremos vender más caro siempre, bajo cualquier circunstancia y en cualquier lugar. Siempre hay riesgo.
Desde luego, si usted es un experto en determinado mercado, las probabilidades de que tenga éxito son mayores porque conoce el medio, los proveedores correctos y dónde están los compradores.
Justo por ello la recomendación más importante que puedo hacerle como su asesor económico-financiero es: antes que en cetes, oro, plata, bitcoin, bienes raíces, acciones, bonos, fondos cotizados, divisas, etc., invierta si ya lo tiene, en el propio negocio que ya domina.
La gran mayoría de las empresas fallan antes de los tres primeros años de operación, pero si usted ya cuenta con un negocio en el que pasó esa barrera temporal, significa que sabe hacer bien las cosas, y por eso, debería seguir invirtiendo en él.
Desde luego, insisto, no eliminará el riesgo de inversión -algo que es imposible-, pero elevará sus posibilidades de éxito y de volverse “rico” o “más rico” de lo que ya sea. Esas probabilidades, le aseguro, serán mucho más altas que el tratar de acumular riqueza rápida “sin hacer nada”, sólo dándole su dinero a otros que lo administren con la esperanza de que lo hagan crecer para y por usted. Casi nunca sucede.
Eso sí, va a necesitar un plan de negocios. Este artículo es una invitación a ponerlo en el papel si aún no lo tiene, con independencia de si ya está en marcha o apenas va a emprender.
Todas las empresas funcionan con su propio plan, sea que esté escrito o sólo en la mente del emprendedor, pero siempre existe, y unas veces es bueno y otras malo.
Póngalo pues en el papel, critíquelo y sométalo a la crítica constructiva de otros igual o más expertos que usted. Ese documento le servirá de guía para crecer usted mismo, buscar nuevos socios capitalistas y/o conseguir capital inicial para su idea empresarial.
En próximas entregas abordaremos las secciones mínimas que debe contener todo buen plan de negocios, pero si al menos logramos sembrar en usted la intención, habremos logrado este primer objetivo de 2020.