“La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado y la imaginación circunda el mundo”, afirmaba uno de mis personajes históricos favoridos, Albert Einstein. La inteligencia es una cualidad humana que entraña un enorme riesgo en quien la posee: La creencia de que esa inteligencia no necesita validación. No necesita alimentarse. Es inmune a la equivocación ¿Por qué traigo este tema a estas páginas? Pues por la reciente investigación de Victor Ottati de la Universidad Loyola de Chicago, en el que estudió la hipótesis llamada del dogmatismo ganado. Veamos de qué trata este estudio en palabras del especialista Mark Rzepczyneski:
Esta hipótesis establece que las normas sociales dictan que los expertos a menudo adoptarán una orientación dogmática de mente cerrada. Cuando los expertos se sienten expertos, es menos probable que admitan que están equivocados o que digan que no saben algo. Los expertos actuarán como expertos incluso si están equivocados porque sienten que se espera que tengan opiniones dogmáticas.
El autor del estudio muestra que preparar a las personas para que se sientan bien informadas significa que es menos probable que busquen o escuchen opiniones de quienes no están de acuerdo con ellas. Pon a alguien en Bloomberg, dale comentarios positivos en artículos de noticias y revistas especializadas, y comenzarán a creer en su propia prensa. Si le dicen que es inteligente, comenzará a creerlo y actuará en consecuencia. Los expertos pueden creer que se han ganado el derecho a tener opiniones dogmáticas fuertes.
¿Cuántas veces has escuchado a un experto decir que se equivocó? Por definición, si el experto se vuelve modesto y admite debilidad, ya no es un experto. ¿Por qué vas a escuchar a los demás si eres la persona más inteligente de la sala? ¿Por qué admitir que estás equivocado cuando otros te han dicho que eres bueno?
El ego no será revisado si la gente te dice que eres inteligente. No sigas a los parlanchines que probablemente sean de mente cerrada. Pedir consejo a aquellos que se consideran expertos puede ser peligroso sin hacer tu propia tarea. Sus antenas deben elevarse para los gerentes de cartera que han sido elogiados por la prensa y que vienen con una prensa brillante. Pueden ser inteligentes, pero ¿están abiertos a nuevas ideas y estarán dispuestos a ajustar sus puntos de vista?
Si no escucha a los expertos, ¿a quién deberías escuchar? La respuesta es simple, siga los datos. Deje que los datos hablen por sí mismos. Eso significará más trabajo, pero los datos no están preparados para la hipótesis del dogmatismo ganado.