En España hemos decido hacer la táctica del avestruz con el problema de las pensiones, nuestros políticos ignoran las voces que vienen de Bruselas o del FMI que nos hablan sobre la insostenibilidad de nuestro sistema de pensiones y prefieren seguir en una huida hacia adelante incrementando unas pensiones que antes o después tendrán que ser revisadas a la baja, el problema de nuestros políticos es que prefieren conseguir el voto fácil de las mayorías populares que comenzar un debate que analice la viabilidad de nuestro sistema de pensiones a más largo plazo.
Nos hemos decantado por poner parches a corto plazo que no solucionan nada y no coger el toro por los cuernos y enfrentar el problema, esto ya nos pasó con las cajas de ahorros cuando nuestros dirigentes prefirieron fusionar unas cajas quebradas con otras, algo que a la larga fue mucho más costoso ya que nos supuso pedir ayuda a Europa para rescatarlas con más de 60.000 millones.
El problema demográfico
En la actualidad se vive más años desde que nos jubilamos y como además tenemos menos hijos que antes hay un problema de que cada vez hay más pensionistas a los que pagar y menos cotizantes para mantener a nuestros jubilados, este es un problema a largo plazo que no solo ocurre en España sino en bastantes más países europeos, el problema añadido que tenemos en España es nuestro modelo y la falta de reformas para que las cuentas salgan.
Nuestro modelo de pensiones, evolución y sostenibilidad
En España tenemos un sistema de pensiones basado en un modelo de reparto, donde las cotizaciones de los actuales trabajadores financian las pensiones de los jubilados en la actualidad.
Nuestro sistema de reparto como actualmente lo conocemos tiene su origen en los pactos de Toledo de 1.995, en ese año y tras los problemas con el pago de las pensiones que condujeron a la quiebra de la Seguridad Social se determinó que el grueso de las cotizaciones de los trabajadores se destinasen al pago de las pensiones contributivas y que los años que se generase un superávit se destinase a lo que se vino a llamar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, un fondo creado en el año 2000 para garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones.
Durante los años de expansión económica y empleo se fue aportando dinero a dicho fondo en base al exceso de aportaciones de cotizaciones a la seguridad social frente a los pagos de pensiones, que a su vez fue generando ganancias hasta llegar a alcanzar una cantidad cercana a los 67.000 millones de euros. Pero la constante pérdida de cotizantes ocasionada por la destrucción de empleo con la crisis económica llevó a que se haya tenido que rescatar la totalidad de este importe dejando el Fondo de la Seguridad Social prácticamente sin recursos.
El problema es que en la actualidad sigue existiendo un desfase entre las aportaciones de los cotizantes a la seguridad social y el pago de las pensiones por lo que se debe de alcanzar algún tipo de acuerdo para mantener la sostenibilidad del pago de las pensiones, hecho que no se ha podido llevar a cabo al no haberse podido formar un gobierno y haber estado nuestros políticos más pendientes de prometer el mayor incremento posible las pensiones que de garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema a más plazo.
Soluciones que se han propuesto al actual problema
La medida que ha adoptado el actual ejecutivo para cuadrar el actual déficit del sistema de pensiones ha sido incrementar las bases de cotización a la Seguridad Social en hasta un 22% en el caso de las bases mínimas y en un 10% en el caso de las bases máximas, una medida que hará que el peso del déficit de las pensiones caiga principalmente sobre las empresas que ya pagan en la actualidad casi siete puntos más que en la UE en cotizaciones y que afectará de manera ineludible a la creación de empleo, pero no sólo eso, también afectará a los trabajadores y sobre todo a aquellos que menos ganan que verán un mayor incremento en las cotizaciones que les practican.
Esta medida será negativa para las empresas y para los trabajadores, pero lo más preocupante es que afectará negativamente a que se pueda incrementar el número de cotizantes y a que se pueda reducir el déficit de la seguridad social ya que afectará directamente al empleo, un problema que ha parecido no importar al actual ejecutivo pese a ser España el segundo país con mayor desempleo (14,2%) de la UE solo por detrás de Grecia.
Aspectos que ocasionan la insostenibilidad del Sistema en España
En un reciente estudio realizado por el Centro Australiano de Estudios Financieros que elabora el índice Global de Pensiones, nuestro actual sistema de pensiones sería el tercero menos sostenible de Europa, sacando una puntuación de 26,9 sobre 100 y estando incluso por detrás de países como Malasia o Colombia.
Uno de los principales aspectos que hace insostenible nuestro sistema de pensiones es que seamos el país más generoso en cuanto al porcentaje de salario medio que percibimos como pensión, en el caso de España alcanzamos la cifra record del 80% una cifra que está muy por encima de la media de los países europeos que apenas alcanza el 50%
Además es ciertamente preocupante el que siendo las Cotizaciones a la Seguridad Social que pagamos en España de las más altas de toda Europa (casi 7 puntos por encima de la media Europea) se dañe nuevamente la actividad económica y la contratación mediante un incremento adicional en las bases de cotización.
Sistemas de Pensiones más viables a seguir
Los modelos de pensiones más sostenibles son aquellos que ofrecen un sistema de reparto por un lado junto con un sistema de capitalización mixto, Suecia es un buen ejemplo donde el 16% del salario medio de sus trabajares se destina al reparto de los ya jubilados y se complementa con una aportación de un 3% a un sistema de capitalización que irá integro a dicho trabajador el día que se jubile.
Otros países como Gran Bretaña que también cuenta con uno de los sistemas más sostenibles en el tiempo, combinando un sistema de reparto junto con uno de capitalización donde aportan tanto empleadores como empleados.
Conclusiones
Hay que recordar que el pago de las pensiones supone un 42% del gasto de las partidas de los Presupuestos Generales del Estado y que dicho gasto ha crecido desde el 21% en 1996, por lo que es absolutamente imprescindible que el asunto sea tratado con el máximo rigor y seriedad que el tema merece ya que es el principal gasto al que debe hacer frente un gobierno. Pensar en cómo se pagarán únicamente las pensiones de este año, prometiendo el mayor incremento posible para ganarse el favor popular y no buscando una mayor sostenibilidad a largo plazo del sistema es cargarles de un enorme peso a las generaciones futuras.