El Dax alemán, al que dedicábamos nuestro anterior Gráfico semanal, ha seguido al alza la semana pasada, dentro del ambiente de euforia generalizado en todos los activos de riesgo. Pero su subida semanal del 0,3% ha sido moderada, quedando muy por debajo de la de otros índices europeos como nuestro Ibex (+1,2% en la semana) y más lejos aún de los de los índices americanos, cuyas alzas semanales han estado en el entorno del 2%.
En la subida de las Bolsas americanas han tenido mucho que ver, una vez más, las tecnológicas, y no solo las llamadas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix, Google) sino también, en esta ocasión, Tesla, que viene protagonizando en las últimas semanas una escalada vertical, que la ha llevado desde los 240 dólares a los que cotizaba a principios de octubre hasta los 510 a los que cerró el pasado viernes.
La cotización de las acciones de Tesla ha superado así, por primera vez en su historia, los 500 dólares, y el pasado lunes la firma americana Oppenheimer anunciaba un precio objetivo para Tesla de 612 dólares por acción.
Pero sin duda la estimación más alcista la ha dado Cathie Wood, fundadora de la firma de análisis Ark Investment Management, que en un programa televisivo de amplia audiencia afirmaba el pasado martes que Tesla puede llegar a valer 6.000 dólares por acción, uniéndose así al reducido club de las compañías que superan el trillón de dólares de valor bursátil.
Wood basa esa optimista previsión en la evolución del mercado de coches eléctricos, mayor de la que esperan los analistas, y en la capacidad de Tesla para retener una cuota elevada de este mercado. Asimismo, Wood opina que Tesla es un ganador en las futuras plataformas de taxis autónomos, dado que lleva tiempo recopilando muchos datos que la permitirán desarrollar una posición de liderazgo en esas plataformas.
Honestamente, no somos capaces de decir si la subida fulgurante de Tesla responde a una euforia irracional fruto de la elevadísima liquidez que la Fed ha puesto en el mercado a partir de septiembre o más bien es fruto de un análisis profundo de los inversores sobre el futuro de la compañía en el nuevo mundo de la movilidad en el siglo XXI.
Pero, como nos pasaba la semana pasada con el Dax, no nos gusta comprar después de estas subidas verticales y por ello estaríamos fuera de Tesla hasta tener más visibilidad sobre su evolución futura.